A partir del 10 de mayo todos los propietarios que quieran alquilar sus pisos a turistas tendrán que contar con la pertinente licencia. La nueva normativa que anunció la Xunta deja a los Concellos un papel en esta regulación. Se trata de la posibilidad de que fijen un límite por edificio y barrio al número de viviendas particulares que se puedan alquilar para los visitantes. Con esta medida se podría, entre otros aspectos, acabar con la presunta competencia desleal, que este alojamiento supone para el sector hotelero. En O Morrazo, los representantes municipales reciben con opiniones y necesidades distintas esta nueva competencia.

En Cangas, el alcalde celebra que la Xunta se haya decidido a regular este sector y que delegue en el Concello alguna competencia, aunque se limite practicamente a la capacidad de poner límites a este tipo de viviendas turísticas en alquiler. El Concello carece de un censo de las mismas, ni siquiera dispone de una cifra aproximada, aunque Xosé Manuel Pazos cree que es menor de la que podría pensarse porque en Cangas, aunque hay mucha segunda residencia en propiedad, generalmente son sus duelos quienes las ocupan en verano y en otras temporadas vacacionales. Aún así hay quienes recurren al alquiler, y poder hacerlo con todas las garantías legales "dará seguridade xurídica e axudará a moitas economías domésticas", opina.

El regidor cangués cree que habrá que esperar a que los interesados se registren con los mecanismos fijados por la Xunta para hacer los primeros cálculos sobre el alcance de esta nueva modalidad de alquiler, y anuncia que desde el Concello se "procederá en consecuencia" para establecer límites. "Do que se trata é de buscar o equilibrio entre o aluguer de pisos e a actividade hoteleira, que sexan compatibles sen prexudicar a ninguén", propone Pazos, que confía en que hay mercado para ambos.

En Moaña el equipo de gobierno señala que el decreto sobre viviendas de uso turístico que redactó la Dirección Xeral de Turismo no tendrá efectos significativos sobre la economía de este sector. Y es que el Concello no cuenta con un registro de pisos que se alquilen con fines turísticos. Además, desde el bipartito moañés indican que la oferta de alquiler en Moaña es muy pequeña, "tanto para todo o ano como para o periodo estival", lo que a su juicio es positivo porque el número de pisos vacíos durante el invierno es escaso "e zonas residenciais como O Rosal teñen vida todo o ano". Asimismo, en Moaña entienden que fijar un tope al número de viviendas particulares que se alquilan para el turismo no es necesario en su caso, porque la afluencia de visitantes no genera unos incrementos de población tan grandes como en otros puntos del litoral gallego.

Este decreto era especialmente esperado en Bueu. El territorio de este ayuntamiento incluye una parte insular, la isla de Ons, que forma parte del Parque Nacional Illas Atlánticas y donde muchos vecinos alquilan en verano sus viviendas. De hecho, el año pasado la Axencia Galega de Turismo ya ofreció una charla informativa en Bueu orientada en este sentido. "É aínda pronto para facer unha valoración a bote pronto, pero trátase dunha figura novidosa que sirve para dar seguridade xurídica para unha actividade que é boa para a economía local", argumenta el alcalde buenense, Félix Juncal. El regidor considera "precipitado" hablar ya de restringir determinadas áreas o barrios del municipio, una posibilidad que contempla el decreto. "Está claro que a norma debe recoller toda a casuística posible e resulta positivo que se lle concedan competencias aos concellos dentro dun marco da autonomía local. Pero hai que ter paciencia para ver como evoluciona e se resulta necesario introducir algún tipo de medida correctora", defiende Félix Juncal.

El gobierno local buenense considera "positiva" la regulación sobre el alquiler turístico de viviendas porque supone una oferta "complementaria" para un público que busca un alojamiento "gama media". El crecimiento de este sector se contempla ya en el documento del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), que está en fase de aprobación definitiva. "Un dos argumentos que se apuntan para xustificar o crecemento do parque inmobiliario é a construcción de vivendas que non están destinadas a ser só primeira residencia, senón para ser usadas como unha segunda vivenda ou para alugueiro turístico", sostiene.