El desplome de una gran rama de pino manso sobre la capilla de San Roque, en Darbo, ha dejado la cubierta "en equilibrio inestable, con riesgo de desprendimiento y colapso". Así lo señala el informe del arquitecto municipal, Alfonso Lage, que apunta la necesidad de "desmontar de forma inmediata la cubierta afectada", retirando previamente la rama del árbol, así como de adoptar las medidas de seguridad necesarias "para proteger la vía pública y los inmuebles colindantes" mediante el vallado perimetral de la edificación. El Concello, a través del Grupo Municipal de Emerxencias-Protección Civil, ya ha actuado de forma preventiva instalando una valla y un precinto en la entrada del recinto para evitar el trasiego de curiosos al lugar del siniestro, pero insiste en que el propietario de la capilla es el Arzobispado de Santiago y que debe ser enviar a sus propios técnicos y actuar en consecuencia.

En el expediente abierto por el Concello se informa de que la parcela en la que se ubica la capilla de San Roque figura clasificado como suelo urbano en las Normas Subsidiarias de Planeamiento de Cangas y calificado como equipamiento religioso. La construcción religiosa figura en el catálogo complementario como "edificación protegida" con un nivel de protección 8.3, "por lo que se deberá proceder a su rehabilitación a la mayor brevedad posible", abunda el arquitecto municipal, que también insta a "recabar los informes sectoriales pertinentes", entre ellos a la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural. El Concello ha iniciado las gestiones con la Iglesia y ante este departamento de la Xunta para que se agilicen los trámites y se ofrece a "colaborar" para restablecer la normalidad lo antes posible.

Lo que no va a hacer el Concello, "porque non é o propietario da capela nin ten competencias nin semella viable nas condicións actuais", señala la concejala de Obras e Servizos, Mercedes Giráldez, es entrar a la edificación religiosa para evaluar los daños desde el interior. De hecho, el informe de Alfonso Lage se emite tras una visita e inspección ocular desde el exterior, aunque el Concello también ha recibido estos días algunas imágenes aéreas tomadas con drones, donde se aprecia la gran rama de pino manso tendida sobre la cubierta pero, al menos aparentemente, sin dañar gravemente la estructura.

Desde el Arzobispado se comunicó que estaban a la espera de recibir el informe municipal para actuar en consecuencia y el Concello reconoce que, por motivos internos, hasta ayer no lo tenía disponible para remitir a Santiago. En cualquier caso, los responsables locales insisten en que las autoridades eclesiásticas tienen conocimiento de los hechos desde el momento en que se produjeron y, como propietarios, están obligadas a hacerse cargo de su reposición.

Entre algunos vecinos hay dudas y desconfianza sobre la voluntad de ejecutar los trabajos y los plazos de actuación. Piden el compromiso de todas las partes implicadas para que la capilla de San Roque "no siga los pasos de la de Santo Domingo [en A Pedreira] y se recupere de sus ruinas", señala Carmen, vecina y asidua a las celebraciones veraniegas. Insiste en que no es solo un recinto religioso, sino un emblema de Cangas "que entre todos debemos conservar".