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Un año sin Juan Rivas en Moaña

Allegados al arquitecto y artista, fallecido hace un año, apuestan por una publicación que recopile toda su obra

Boceto de la nueva estación de ría en Moaña. // Juan Rivas

La muerte de Juan Rivas sorprendió a todo Moaña y al mundo cultural y de la arquitectura en Galicia. Sus esculturas en este municipio, al que estuvo ligado desde niño, le siguen recordando a diario como"Peiss Man", este arquitecto que llevó el arte a sus calles y que quiso llevar a Moaña a las alturas, con bocetos de edificios para lugares emblemáticos, como el del Pazo del Real, muy ambicioso y que generó polémica y debate.Él creía en la arquitectura de altura, como símbolo de modernidad y de urbanismo más ecológico. Con esa idea pensó en la torre "Vento", que presentó al concurso de diseños de espacios de la ETEA. Ponía frente a frente a Moaña y Vigo, con torres modernas que no hicieran pantalla al mar, lo que más admiraba y en lo que se volcaba con proyectos de paseos para todo el frente marítimo. Las últimas obras artísticas que promocionaba eran piedras que el mar arrastraba a la costa y que él decoraba.

Buscaba la gloria, tal y como algún amigo suyo recordaba ayer en Moaña. La herida por su fallecimiento sigue todavía muy abierta y duele aún recordarle. El legado de torbellino de ideas de Juan Rivas sigue como él lo dejó, en el estudio de Concepción Arenal, aguardando quizás a que el tiempo vaya curando esa herida del gran vacío que dejó en su familia y en todo Moaña.

El sábado se cumplirá un año de su fallecimiento y a la mente de muchos de los que desde hace semanas pelean por la salvación del castro de Montealegre, en Domaio, afectado por las obras del desdoblamiento del corredor, les viene el recuerdo de Juan Rivas,. Es el gran ausente en las marchas por la salvación del castro y al que imaginan trepando, yacimiento arriba, para gritar contra la injusticia de la destrucción de parte de la historia de Moaña.

Juan Rivas murió con 47 años, pero con una amplia trayectoria artística como escultor que embelleció y dio realce a los espacios públicos de Moaña. Centró su obra en el diseño de este municipio, primero de forma arquitectónica y después escultórica. Se apasionaba con la obra pública. Suyos son los diseños de A Balea "Anduriña", en el paseo de O Con; que se convirtió en emblema en Moaña; también el choco gigante "El Bufón", las "Luras" y "Sete peisses", ésta última en la glorieta de Portal do Almacén y que sigue pendiente de su reparación tras perder, con los temporales, dos de los peces plateados que cuelgan de la estructura de acero.

El artista Toño Salgueiro colaboró con Rivas en la elaboración de "Anduriña" y siempre le recordará como alguien que iba más allá y un apasionado con todo lo que hacía.

Tras su fallecimiento, las personas más allegadas empezaron a trabajar en la iniciativa de una publicación con la recopilación de su obra, no sólo la que está a la vista, sino la de sus bocetos guardados. Juan Rivas era un torbellino de ideas, aseguera Julio Martínez, gran amigo del artista. Reconoce que quisieron dejar pasar un poco tiempo porque la herida de su fallecimiento es profunda, pero considera que hay que lanzar la propuesta para editar esta publicación con la recopilación de su obra "que es bastante rica y extensa y tiene mucho arraigo en lo que tiene que ver con Moaña, la costa y los lugares emblemáticos". Martínez considera que desde el Concello se podría promover esta publicación con sus obras y sus ideas, ya que en muchas ocasiones trabajo de forma desinteresada en la mejora de los espacios públicos.

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