Faltaban pocos minutos para las 12.00 horas. La planeadora "Vizcaya II" había descargado en el puerto de Cangas las primeras capturas de la mañana y regresaba al mar por A Borneira para recoger la última "casea de aparellos". Ya camino de vuelta al puerto, por fuera del muelle -frente a Frigoríficos- la embarcación del práctico de Vigo le pasó por proa a gran velocidad y le metió tres golpes de mar en la lancha. Pero por si eso no fuese suficiente, a los cinco minutos le volvió a pasar por popa. La planeadora del patrón Ángel Muñiz no aguantó tantos envites y se fue poco a poco hacia abajo.

Eso sí, Ángel Muñiz tuvo tiempo de avisar por el walkie a Salvamento Marítimo. Su mujer, Ana Belén Pérez, que ejerce de tripulante en "Vizcaya II" fue la primera en hundirse con la lancha. Treinta años y seis meses de tripulante no son suficientes para mantener la calma, que asegura perdió en ese momento. " Con susto, afogábame, non respiraba". Más tranquilo se mostraba Ángel Muñiz. Ese carácter suyo fue lo que permitió avisar con rapidez del desastre que le había pasado a su planeadora.

La alerta dio resultado y de inmediato se presentaron tres barcos del puerto de Cangas en el lugar del hundimiento. Anabel Pérez solo recordaba el nombre de una, "Noelia". Eran barcos que se dedicaban "a navalla" los que fueron en su ayuda y los trajeron hasta el puerto de Cangas.

Apoyo del patrón mayor

Allí estaba ya el patrón mayor, Javier Costas. Estuvo en todo momento al lado de las víctimas de este peculiar naufragio. Paseó de un lado a otro el puerto para hablar con testigos y con efectivos de la Guardia Civil del Mar, para después ayudar a subir la embarcación a la marina seca. Comenta que se habla con frecuencia de la velocidad a la que va la embarcación del Práctico, pero que un accidente así es el primero que ocurre. "O positivo é que todo esto sucedeu aquí diante -dice mirando a la zona del naufragio- e que os dous salvaron a vida. Se fora noutro sitio non sei o que pasaría".