El mar quiso recuperar parte de lo que era suyo en Bueu y la arena de la playa de Banda do Río cubrió por completo el paseo y el parque, utilizando los callejones que lo conectan con Montero Ríos para extender sus brazos hasta este vial. El barrio buenense fue de nuevo una especie de zona cero en el municipio, obligando a la brigada a intervenir durante toda la jornada. Hasta 20 dumpers se llenaron con la arena recogida en toda esa área, afectada también en la zona verde anexa a las pistas deportivas, en donde la fuerza del viento arrancó parte del cercado de madera.

Por la tarde Bombeiros do Morrazo tuvo que intervenir por el desprendimiento de la cumbrera (elemento que une las dos aguas del tejado) del Centro Social do Mar. Unos 20 metros de plancha se soltaron, obligando a su retirada para evitar males mayores. Muy cerca de allí, en el puerto, el mar rompió durante la noche dos fingers de uno de los pantalanes, dejándolos semihundidos. El carrusel de incidencias incluyó la caída de varios árboles, uno de ellos en el polígono de Castiñeiras, otro en Pousada (Cela) sobre el tendido eléctrico y uno más en la PO-315 a la altura del lugar de Vilar. Los servicios de emergencias tuvieron que intervenir también en la araucaria de la Praza Massó, con varias ramas rotas que hubo que retirar. La caída de un poste telefónico en Loureiro provocó daños en un coche, al igual que una uralita desprendida en Outeiro-Norte. Cayeron también varios tableros metálicos situados en un andamio en la calle Matilde Bares, aunque sin provocar males mayores. Otro panel metálico se precipitó en las inmediaciones del cementerio de Bueu. Asimismo, se rompió el reloj-termómetro de Pescadoira y hubo daños en la puerta trasera de la caseta de venta de billetes a Ons. Y hubo espacio incluso para lo curioso, con un zorro que quedó atrapado en un vallado en Alexandre Bóveda.