La nueva oleada de cortes de agua que sufrieron en los últimos días los vecinos de los barrios de Quintela, A Bouza e incluso parte de los de Abelendo y A Pandiña se suma a problemas similares registrados una semana antes y que se repiten cada pocos meses. Ante esto, y constatando el malestar de usuarios particulares y comerciantes, desde la Asociación de Veciños A Bouza-Quintela señalan que si se repiten las averías pedirán por Rexistro municipal que se compense a los usuarios por los perjuicios e incluso pérdidas económicas que esta situación les generase.

La situación más grave la vivieron en las jornadas de Nochebuena y Navidad de 2015, cuando se quedaron sin agua de la traída cerca de la medianoche. Entonces presentaron esta misma solicitud, sin éxito, según explica desde la asociación vecinal la presidenta, María José Acuña. Entiende que, al igual que si se quedan sin electricidad por algún problema los usuarios son compensados, con el agua debería pasar los mismo.

En este sentido, desde el colectivo vecinal recuerdan que negocios como los bares o las peluquerías dependen del agua para atender a sus clientes, y con los cortes se ven perjudicados claramente.

Una de las cafeterías que sufrió las ocho horas sin suministro del domingo y el nuevo corte que se replicó el lunes, de al menos cuatro horas, explicaba esta semana que no pudieron hacer uso de la máquina de cafés, entre otros problemas.

Los vecinos de este barrio podrían trasladar su histórica reclamación para extender una nueva red de suministro que sustituya a la actual al Consello Veciñal previsto para esta tarde, en el que se citarán todas las asociaciones de vecinos para conocer de primera mano el presupuesto municipal. Aunque no tienen claro si asistirán o optarán por no hacerlo "como medida de protesta".

La línea de la traída que conecta el depósito de agua de San Martiño con el entorno de O Portal do Almacén, pasando por la Avenida de Marín (PO-313), es en donde se suelen producir la mayoría de las brechas en las tuberías, en buena parte por culpa de la presión que ejerce el paso de los coches.

Se trata de la línea más antigua de la red de suministro de agua y se compone de tuberías de fibra de cemento. La brecha del domingo había sido de 1,5 milímetros. Los cortes de agua para el arreglo de estos daños y la nueva puesta en marcha del servicio ocasiona diferencias importantes de presión que suele hacer que se encadenen las averías en días sucesivos.

Los vecinos perjudicados esperan que la sustitución de esta canalización se contemple dentro del millón de euros que la empresa concesionaria, Aqualia, debe al Concello en concepto de inversiones.

De todas formas, la obra es compleja y su coste se estima, a falta de un proyecto exhaustivo, en unos 400.000 euros.