Antes de que Ons fuese espacio natural protegido y se supiese siquiera lo que era un parque nacional estaban sus isleños... y estaba Casa Checho. El emblemático restaurante sigue allí, prácticamente es lo primero que ven los visitantes nada más llegar al archipiélago. Pero desde ayer se encuentra huérfano por el fallecimiento del hombre que le dio nombre: José Vidal Patiño "Checho". Hace unos años ya había fallecido su esposa, Elvira Goberna, cuya familia fue la que abrió originalmente el local. Era una taberna para marineros, que además también funcionaba como tienda en la que se vendían alimentos y otro tipo de artículos para los vecinos que vivían en la isla. En aquellos primeros tiempos se llamaba Casa Goberna porque su propietario era Arturo Goberna, luego suegro de Checho. Aún faltaban muchos años y décadas antes de que el boom del turismo llegase a Ons y se viese como una fuente de ingresos y riqueza.

Checho era uno de esos isleños de pura cepa, de los que nació en Ons y vivió en la isla mientras pudo y la salud se lo permitió. "Cuando se murió mi abuela se vino para Bueu, pero durante los veranos estaba siempre en Ons y en el restaurante. Era una especie de relaciones públicas porque era muy querido y cercano", cuenta Pepe, uno de sus nietos. Ni siquiera su salud ni los 88 años le privaban de acudir siempre que podía a la isla. Una isla en la que empezó trabajando muy joven en la explotación y extracción de la piedra con la que se construyó el muelle de Ons. Luego se casó con Elvira Goberna Touriño y comenzó su andadura en la taberna que tenía su suegro, que pasado el tiempo sería el hoy restaurante Casa Checho. El primero que se abrió en Ons y por el que han pasado políticos de todos los partidos, grandes empresarios, deportistas de primer nivel y hasta reyes. Allí estuvo el rey Juan Carlos I y el rey Felipe VI, cuando todavía era príncipe, durante la catástrofe del Prestige.

Checho junto al rey Juan Carlos I en una visita a la isla.

La ascendencia de Checho en Ons va incluso mucho más allá. Durante muchos años fue el alcalde pedáneo de la isla, nombrado directamente por el entonces Gobierno Civil de Pontevedra [hoy Diputación de Pontevedra]. Entre sus deberes y obligaciones estaba la de cobrar los impuestos y los arriendos que debían pagar los vecinos, el equivalente "a la contribución urbana".

Durante la década de 1980 el turismo comenzó a llegar a Ons en mayor medida y empezaron a vislumbrarse algunos de los problemas que aún continúan hoy, como el reconocimiento de los derechos históricos de los isleños, sobre todo el de la la propiedad de sus casas. Durante su larga etapa como alcalde pedáneo defendió que era "imprescindible" encontrar la fórmula legal necesaria para que los isleños fuesen los propietarios de los inmuebles que habitaban, viviendas que habían sido construidas por sus antepasados.

Una vista del restaurante Casa Checho, en la entrada de la isla de Ons.

Los derechos históricos

"Después de 200 años los vecinos tenemos nuestros derechos; nos echaron de la isla y estamos dispuestos a luchar por lo que es nuestro", decía en agosto de 1982 en FARO. Siempre defendió la compatibilidad entre el turismo y conservar los valores naturales de la isla, muchos años antes de que siquiera se imaginase la posibilidad de un Parque Nacional Illas Atlánticas. "Hay que definir con claridad cuál va a ser el destino de Ons, que quede descartado construir una urbanización que estropee todo", decía en la misma entrevista. "Quizás una de las cosas que más lamentaba es que nunca se nos ha llegado a reconocer esos derechos históricos", confesaban ayer algunos de sus más allegados.

Checho con su nieto Pepe en brazos, en una foto de archivo familiar.

Tenía tan clara la importancia de la potencialidad del turismo que ni siquiera entonces veía mal la incipiente moda del nudismo, a pesar de que en agosto de 1980 se registró en la isla una agresión a un hombre que hacía nudismo con su familia. "Con iso do 'desnudismo' eu non me meto. A cousa xa está moi avanzada. A min non me molesta. Con tal de non ir alí a ter conta deles xa está", decía con mucho sentido del humor también en agosto de 1982 en FARO.