Alrededor de 6.600 hogares podrían satisfacer sus necesidades de consumo gracias a la energía generada por las mareas de la Ría de Vigo. Investigadores del Laboratorio de Ingeniería Marítima de la Universidad Politécnica de Cataluña han determinado la zona más propicia para establecer plantas maremotrices, un área de 7,5 km2 entre las Cíes y la península de O Morrazo, así como la potencia que estas centrales serían capaces de suministrar teniendo en cuenta el mínimo impacto ambiental.

"Los resultados de este estudio preliminar confirman que es una zona donde hay posibilidad de explotar la energía de las mareas. En el interior de la Ría las velocidades no alcanzan el umbral mínimo, pero sí en la zona exterior", apunta Marc Mestres, investigador principal del proyecto.

El grupo catalán colaboró hace varios años en Raia, una iniciativa transfronteriza para crear un observatorio y una plataforma de predicción de las condiciones oceanográficas desarrollada por instituciones lusas y gallegas, entre ellas la Universidad de Vigo. "Trabajamos en el desarrollo del modelo de corrientes y se nos ocurrió aprovechar esta información para comprobar su potencial energético, algo que no se había hecho antes en la Ría", explica Mestres.

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A partir de una simulación de corrientes de 28 días, los investigadores determinaron la zona óptima, que se encuentra en la entrada norte de la Ría de Vigo y alcanza una potencia teóricamente disponible de 3.865 megavatios por hora (MWh) al año por cada metro cuadrado, una cifra superior al recurso estimado por estudios anteriores de la Universidad de Santiago respecto a las rías de Muros y Ribadeo.

Las necesidades referentes a la profundidad mínima y la distancia de la costa para instalar los parques restringen esta zona de interés a dos áreas de menor tamaño situadas al norte -de 0,7 km2 y 0,65 km2, respectivamente- y que representarían el 4,6% y el 3,6% del potencial total disponible.

Los investigadores calcularon la explotación de ambas utilizando los rendimientos facilitados por los fabricantes de dos modelos de turbina. Uno de ellos, el SeaGen-S, con dos rotores submarinos de 20 metros de diámetro cada uno, está instalado en una planta experimental de Irlanda.

"Actualmente no hay ningún dispositivo comercial porque es una industria muy incipiente. Elegimos estos modelos por las profundidades de la Ría y en función de los rangos de velocidad encontrados", explica Marc Mestres, doctor en Física.

De esta forma, el estudio contempla sendas plantas en cada una de las áreas explotables y calcula el número de generadores que serían necesarios teniendo en cuenta el mínimo impacto ambiental y la separación que deben guardar entre ellos para no generar interferencias y optimizar el aprovechamiento energético. Además, deben dejar espacio libre suficiente para el paso de buques.

Bajo estas premisas, la primera central, la más próxima al interior de la Ría, desplegaría 24 turbinas SeaGen-S y sería capaz de proporcionar energía suficiente para un total de 6.638 viviendas. El análisis le otorga un potencial de explotación extraíble de 3.146 kW, lo que representa el 14% del total disponible en dicha área.

La segunda planta, en la parte más externa, dispondría de 26 dispositivos RTT2000, totalmente sumergibles, al contrario que los anteriores, y con un diámetro de 21 metros. Con esta configuración, suministraría 2.090 kW, apenas el 10% de la energía potencial disponible, y se podría abastecer a 4.411 hogares.

En ambos casos, el diseño de las plantas maremotrices responde a varias hileras de turbinas perpendiculares a la dirección principal del flujo y con una separación entre filas de diez veces el diámetro de la turbina. Entre cada generador la distancia sería de 2,5 metros su diámetro.

Los autores del estudio, que apareció publicado recientemente en la revista Energy, destacan que los resultados en número de viviendas son comparables a las previsiones de varias plantas planificadas en el Reino Unido como la de Skerries (Irlanda), que abastecerá a 6.500 hogares, o la de Sound of Islay (Escocia), con 5.400 previstos.

Los investigadores de la Politécnica también subrayan que la energía de las mareas es "una de las más prometedoras" dado que depende de procesos "altamente predecibles y periódicos". Más aún, teniendo en cuenta el esperado crecimiento sostenido de la demanda -un 37% para 2040-, el agotamiento de los recursos fósiles y el interés por las renovables para mitigar el cambio climático.

"El funcionamiento de los dispositivos de energía maremotriz es el mismo que el de los parques eólicos. En función de las corrientes giran y generan más o menos energía, pero las mareas son más constantes que los vientos", señala Mestres. Además, la densidad del agua es mayor que la del aire y, por tanto, también la energía generada por una turbina de mareas en condiciones similares.

Países como Reino Unido, Noruega y Canadá están identificando áreas clave para explotar este recurso, así que disponer de estudios previos como éste puede facilitar que nuestra comunidad se vaya posicionando de forma estratégica. "Es una tendencia bastante común en la actualidad y la costa gallega puede ser un buen lugar para implementar estos parques", añade.

El problema son las grandes inversiones que requieren, la turbina instalada en Irlanda asciende a unos 11 millones de dólares, pero los autores del estudio señalan que la investigación continua de esta tecnologías permitirá ir reduciendo estos costes.

El Laboratorio de Ingeniería Marítima de la Politécnica trabaja actualmente en un proyecto de Puertos del Estado para crear un modelo de predicción de corrientes y que se desarrolla en Ferrol y A Coruña, además de en Canarias, Bilbao, Cataluña, Andalucía.