Óscar Graña, como técnico de emergencias desde hace casi veinte años, se ha enfrentado a muchos pacientes con "crisis psiquiátrias o psicológicas". "Hay que distinguir si estamos hablando de una persona que no se ha querido tomar su medicación o aquella que está en una actitud agresiva. En este último caso, es necesario su traslado a su hospital de referencia para ver que no hay nada detrás de esta conducta; alcohol, drogas, etc. Normalmente el abuso de estas sustancias está detrás de las situaciones más graves", destaca Graña.

Su contacto con la Policía Nacional es constante y estos sanitarios alertan a los agentes cuando notan que el servicio carece de seguridad. "Si sabemos que el paciente está muy nervioso, agresivo o incluso con algún arma blanca, que ya nos ha pasado, antes de subir o tener contacta con él, damos aviso a la Policía para que entren antes en la vivienda y logren tranquilizar al paciente", señala el técnico, quien recuerda muy pocos episodios "realmente graves", pero sí los define como "desagradables", especialmente para la familia. "Son, sin duda, los que peor lo pasan con la situación. Están perdidos, no saben cómo actuar...son episodios de gran carga emocional para los familiares", destaca el también miembro de la sociedad Efega (Educación e Formación en Emerxencias).

Destaca el técnico que las alteraciones de los pacientes no vienen condicionados por el momento, sino por la visión del propio sanitario. "Notan que estamos invadiendo su espacio, y eso los pone nerviosos", sostiene Graña quien añade que estos casos son más frecuentes en varones que en mujeres.