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Los comuneros de Meira esperan que las cabras que pastorean empiecen a criar en abril

Comenzaron a cruzarlas con los machos hace dos semanas -Los tres integrantes de la cuadrilla se rotan para cuidar el ganado

El recinto cerrado tiene un perímetro de 2,5 kilómetros.

Dos meses han transcurrido desde que los comuneros de Meira pusieran en marcha su plan de pastoreo de cabras para cuidar el monte y diversificar sus ingresos con la venta, a medio plazo, de carne, que ayude a complementar unos ingresos por la venta de madera estancados desde hace demasiados años. De momento las 100 cabezas con las que arrancaron gozan de buena salud y el colectivo espera que en abril puedan criar ya a sus primeros cabritos. Hace dos semanas que empezó su cruce con los machos, que hasta entonces estaban apartados del resto del rebaño. La adquisición a una explotación de Cervantes, en la comarca lucense de Os Ancares, había sido de 100 hembras y tres machos.

Los tres trabajadores que integran la cuadrilla forestal de los Comuneros de Meira se rotan, de forma que todos los días uno de ellos dedique la jornada a cuidar de las cabras, mientras los otros dos continúan con las labores de podas o plantaciones.

A primera hora de la mañana sacan a las cabras de su refugio. Además les extienden en el mismo hierba seca "para complementar, porque no inverno están moitas horas a cuberto e precisan comer constantemente", explican los trabajadores. Durante su jornada laboral pastorean, no solo a lo largo de las 15 hectáreas de terreno delimitado en la zona de A Casa dos Parentes, sino que las dirigen por las pistas forestales para buscar nuevos pastos dentro de los terrenos comunales.

Para evitar que las cabras se pierdan, la cuadrilla cuenta con la ayuda de tres perros pastores adiestrados y adquiridos para esta finalidad: dos mastines y un border collie.

Los primeros cabritos machos que nazcan serán los que se vendan para aprovechar su carne. Las hembras, sin embargo, se sumarán al rebaño con la intención de que en menos de 5 años puedan pastar en el monte de Meira hasta 375 cabras de forma simultánea. Para entonces se espera que la venta de carne suponga a los comuneros unos beneficios de 35.000 euros al año. a lo que habría que sumar otros 20.000 euros por la venta de estiércol.

Los machos adultos, por su parte, se sustituirán cada cierto tiempo en colaboración con los responsables de otras explotaciones, para evitar que la endogamia acabe por causar enfermedades a las crías.

Retraso

Continúan los retrasos en la construcción de la nave que sirva de refugio al ganado. De momento los comuneros utilizan una construcción provisional realizada con madera de eucalipto.

Los cimientos de la futura nave están finalizados y la empresa que la levantará está fabricando la estructura metálica. El personal de la Xunta de Montes espera que las instalaciones estén plenamente operativas durante el periodo navideño. Tendrá unas dimensiones de 34x24 metros.

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