Los acordes del himno del Real Madrid cantado por Plácido Domingo resonaron ayer en el restaurante Loureiro de Bueu para ambientar la entrada al salón de los dos invitados estrella de la jornada, los exfutbolistas Miguel Ángel y Benito Rubiñán, junto a la directiva de la Peña Madridista Morrazo. El motivo no era otro que el vigesimoprimer aniversario de un colectivo que ha extendido el sentimiento blanco por toda la comarca y que ayer pudo celebrar asimismo el excelente momento a nivel deportivo de la plantilla que entrena Zidedine Zidane. Juego aparte, los resultados sitúan a la escuadra merengue líder de la Liga y la clasificación para la siguiente ronda de la Champions League ya está en el bolsillo a falta de una jornada.

Quizás por ello los presentes posaron con indisimulada felicidad en el photocall preparado para la ocasión por el club madridista. Un escudo del club a tamaño gigante y las banderolas de las peñas sirvieron para que más de uno se llevase un recuerdo fotográfico de la cita. Lo cierto es que la cita fue concurrida, con un total de 17 peñas representadas en la comida: La Peña Miguel Ángel de Ourense, 1902 de Pontevedra, Maceda, A Valenzá, Ziralla de Allariz, Marín, Salceda de Caselas, Cuntiense, Estradense, Pontevedra, Rey de Copas de la Illa de Arousa, Xeve, La Décima de Moaña, Vigo, Cesantes, As Capelas de Barro y Os de Cobres de Vilaboa.

Con la presencia de la televisión del club, el acto contó con importante apoyo videográfico. De este modo, tanto al principio de la celebración como a modo de interludio entre plato y plato se proyectaron diferentes vídeos. No faltó, por supuesto, uno dedicado a los dos exfutbolistas que arroparon los festejos, dos de los muchos gallegos que han militado en la casa blanca. Pero tampoco podía faltar otros con dos emblemas de la entidad como Alfredo Di Stefano y Paco Gento, y uno más con la historia del club, haciendo especial hincapié en la consecución de las últimas Copas de Europa. La parte más emotiva fue con el homenaje a los fallecidos en los últimos años, y la más puramente lúdica se dio a la finalización del acto, con un baile amenizado por un grupo musical que extendió la sobremesa hasta bien entrada la tarde.