Ocho concejales de Moaña participaron ayer en una ruta por el centro de Moaña en silla de ruedas, para sufrir las barreras arquitectónicas que todavía están presentes en la malla urbana de Moaña y conocer así de primera mano en qué puntos debe actuar el Concello.
Los ediles, junto a vecinos con movilidad reducida, partiendo del Concello de Moaña. // Gonzalo Núñez
La iniciativa partió de una moción presentada por Javier Carro, de XM, en el último pleno de la Corporación. Participó el propio Carro; los ediles del PSOE Marta Freire, Salvador Meira y Ezequiel Fernández; los concejales del PP Vicente Verdeal y Antonio Sánchez; y los nacionalistas Odilo Barreiro y María Ortega. Eso sí, estos dos últimos optaron por llevar a sus hijos en las sillas adaptadas, lo que les acarreó críticas del promotor de la iniciativa.
Partieron del Concello a las 11.00 horas y tardaron alrededor de una hora y media en recorrer la calle Concepción Arenal hasta el muelle de pasajeros, tanto por el lado del paseo marítimo como por la acera con las terrazas de los bares. Finalmente, encararon el último tramo de Ramón Cabanillas y regresaron al punto de partida. Algunos de los ediles no pudieron disimular el dolor, sobre todo en las manos, acuciado por problemas como los desniveles en algunos tramos de acera que les obligaban a forzar para mantener la dirección de la silla recta.
Fueron acompañados de varios vecinos discapacitados, entre ellos el deportista Jesús Valverde y una menor con problemas de movilidad. También participó en el recorrido una madre con un carrito de bebés doble. El responsable de Mobilidade en el Concello, Ezequiel Fernández, anotó uno por uno los puntos en los que se encontraron con barreras arquitectónicas, identificando más de una decena en las que será necesario actuar lo antes posible.
Las dificultades que sufren día a día los discapacitados quedaron patentes en el primer paso de peatones, que conecta el Concello con la acera de la rotonda de Salitre. La rampa para pasar de la calzada a la acera se hizo excesivamente dura para muchos concejales.
En la acera de Concepción Arenal se encontraron con otras barreras arquitectónicas y con elementos con los que no contaban al principio, como los ganchos para fijar los toldos de los bares, que también pueden ser una trampa para las sillas de ruedas. Regresaron por la alameda para colarse por el último tramo de Ramón Cabanillas.
Es en esta última vía en donde los concejales sufrieron algunas de las barreras arquitectónicas más sangrantes, concretamente en los accesos a los garajes, que originan cortes en la acera con desniveles de pendientes demasiado pronunciadas y que dificultan la autonomía de las personas con movilidad reducida.
En varios puntos los ediles tuvieron que levantarse y empujar por las sillas para poder continuar.
Ayuda
Para poder llevar a cabo este recorrido el edil Javier Carro contó con el apoyo de la asociación APAMP (de familiares de personas con parálisis cerebral) de Vigo y de Exclusivas Iglesias, que proporcionó las sillas para la ruta. El responsable de ADM Morrazo, Manuel Romero, se encargó de la logística para traer a Moaña los elementos adaptados.
