Indignación, malestar e incluso incredulidad. Son algunos de los sentimientos y sensaciones en el seno del Concello de Bueu después de que esta semana hayan aparecido dos pintadas en una de las caras del enorme mural "Inés-Palmira", obra del artista José Solla. Una o varias personas dejaron su "firma" en forma de grafiti en el mural, donde escribieron "Ra" y pintaron lo que parecen ser unas lágrimas sobre uno de los relieves.
La indignación municipal es más que patente. No bastaba con que algunos utilizasen los dos grandes bloques a modo de portería para sus partidos de fútbol, sino que ahora también algunos presuntos aspirantes a artista también se dedican a "pintarlo". "Parécenos incrible a falta de sensibilidade dalgunhas persoas. Estamos falando dunha obra que é patrimonio de todos e que foi donada xenerosamente polo artista", lamentaba ayer el alcalde buenense, Félix Juncal.
Las pintadas se realizaron durante los últimos días y los autores utilizaron un aerosol de color azul, que destaca de manera evidente sobre el fondo de la piedra. De momento aún no está claro cómo se procederá a la limpieza del mural, algo que deben determinar los técnicos. El problema es que cualquier tratamiento de limpieza podría afectar a la pintura de los relieves que conforman los más de 500 mosaicos de "Inés-Palmira".
Este obra fue realizada en la escuela de cantería de la Diputación de Pontevedra, sobre un diseño original que José Solla donó al Concello de Bueu como gesto de agradecimiento por darle al paseo de Agrelo-Portomaior su nombre. La inauguración oficial tuvo lugar hace ahora un año y durante la reciente estancia del artista en Bueu, a donde acude a pasar largas temporadas [está afincado desde hace décadas en Argentina], se presentó un catálogo en el que se recogen todos los dibujos del mural.
