De cerrar el año 2013 con un desplome de pasajeros de casi el 20% a liderar el crecimiento del sistema aeroportuario español, con repuntes de más del 30%. De desplomar su actividad anual hasta los 679.000 pasajeros, a volver a acariciar la marca del millón de usuarios en diciembre. De sufrir una auténtica espantada de aerolíneas, quedándose con solo cinco a lo largo de todo un año, a tener ocho operando de forma simultánea y llamando a su puerta. De tener una famélica parrilla de vuelos, que llegó a integrar tan solo tres rutas (Madrid, Barcelona y Bilbao) durante el otoño pasado, tras el fin del emblemático vuelo a París de Air France; a ofrecer hasta 19 destinos distintos. De sumar una única conexión internacional, a la capital francesa, a disparar su oferta de vuelos al extranjero hasta los ocho que ofertará en 2017: Bolonia, Dublín, Milán, Edimburgo, Lisboa, Londres, Roma y Bruselas. De verse relegada a la cola de la red aeroportuaria de Galicia, a superar en agosto los resultados de Alvedro tras encadenar varios años de caídas.

En apenas 24 meses -y de forma especial, en los últimos 12- la deriva de Peinador ha dado un giro de 180 grados. Una vuelta radical, incuestionable, que acreditan los porcentajes de crecimiento que encadena mes tras mes y el interés creciente de las aerolíneas por Vigo, y que han vuelto a situar al aeródromo olívico en el mapa aeroportuario de Galicia y la Eurorregión. Sus balances de pasajeros son inferiores todavía a los de Alvedro y quedan muy lejos aún de los de Lavacolla, pero el cambio de tendencia es ya innegable.

Lo demostró recientemente la TAP, al poner en marcha un vuelo entre Vigo y Lisboa sin ayudas públicas. Y lo pontificó de forma definitiva el propio alcalde de Oporto, Rui Moreira, quien al sentir que Peinador podría empezar a arañar parte del tráfico del sur gallego a Sá Carneiro, dio muestras de su profundo recelo y cargó con una dureza inusitada contra la terminal olívica. "Es miserable", estampó el regidor portuense. Otra prueba es que, a la espera de que el Concello saque su nuevo concurso de promoción turística, responsables de Volotea visitaron Vigo en julio para dejar claro su interés. En los últimos meses también han acudido a la ciudad responsables de Air Nostrum o Ryanair, y el alcalde incluso apuntó su esperanza de que la low cost abra un nueva frecuencia con Madrid, lo que supondría una revolución para la que es, de lejos, la principal ruta de Peinador.

Pero, ¿qué ha cambiado? ¿qué hay detrás de ese giro copernicano? La principal causa del despegue de Peinador es que, tras años relegado por una política aeroportuaria de la Xunta que primaba a Lavacolla y del veto a toda ayuda pública a Peinador -mientras sí se permitían en Santiago, A Coruña y Oporto-, la terminal viguesa al fin ha logrado librarse de sus grilletes. Levantado el veto del PP a las ayudas a aerolíneas en Peinador, el Concello ha podido sentarse a negociar con las compañías y el aeropuerto, poco a poco, ha ido reconquistando su mercado. Se ganan rutas, se ganan frecuencias, se ganan plazas y se ganaban aerolíneas. Y se demuestra que, cuando no se estrangula de forma desleal a Peinador y este oferta vuelos competitivos, su mercado potencial responde.

En ese proceso de negociaciones Praza do Rei logró atraer entre 2014 y 2016 a Volotea, Air Nostrum y Ryanair. La firma de Michael O´Leary ganó el concurso lanzado por el Concello con una oferta de 4,4 millones y el compromiso de reforzar Barcelona y abrir conexiones con Dublín, Bolonia, Milán y Edimburgo hasta 2018. El primer vuelo de la low cost irlandesa fue en enero de este año, a Barcelona. Hasta entonces Vueling cubría en exclusiva la ruta a la Ciudad Condal con unos horarios y tarifas poco competitivos. Al mejorarse la oferta la demanda se disparó de forma inmediata. Si entre enero y febrero de 2015 habían volado a la capital catalana 13.704 pasajeros, en enero de 2016 fueron más del doble: 33.677. Ese "boom" -sostenido desde entonces- no es una cuestión menor, ya que El Prat representa, con Barajas, el gran pulmón de Peinador. El potencial del aeropuerto olívico atrajo también el interés de compañías, al margen de las ayudas. En enero trascendía que la antigua aerolínea de bandera de Portugal, TAP, recuperaría en verano su enlace con Lisboa, un servicio que ya había prestado hacía más de dos décadas.

Para entender sin embargo cuál era la situación de partida de Peinador hace falta remontarse por lo menos cerca de una década atrás. En concreto, a 2004, cuando Peinador aventajaba en 325.700 viajeros anuales a Alvedro y movía 669.000 menos que Lavacolla. Ese año Incolsa -dependiente del Concello de Santiago- y Turgalicia, de la Xunta, firmaron con Ryanair un acuerdo de 3,78 millones para que la low cost empezase a operar en Compostela. En 2008 la aerolínea se lanza a cubrir rutas que ya se operaban en Vigo, por lo que a partir de ese mismo ejercicio los resultados de Peinador cae en una espiral de pérdida de pasaje que no logrará romper hasta 2015. En 2011 la Xunta renueva el convenio con la compañía de O ´Leary y tan solo un año después, en 2012, anuncia su intención de dejar de financiar vuelos en Vigo y A Coruña. Sí mantendría -explicó entonces- las ayudas en Lavacolla hasta que finalizase el contrato con Ryanair, en 2013.

Esa y otras decisiones adoptadas a lo largo de los siguientes años las adoptaba la Xunta enarbolando el argumento de la coordinación y la complementariedad entre los aeropuertos gallegos. La realidad es que la política que se aplicó fue cortando los apoyos a Peinador, mientras continuaban en Lavacolla y Alvedro. Entre 2007 y 2015 el aeródromo olívico recibió 6,11 millones de euros, entre fondos autonómicos y locales; mientras Lavacolla empleaba cerca de 13,15 y Alvedro -gracias a una intensa política de inversiones del Consistorio herculino- empleó 24,1 millones. Durante ese período la Xunta llegó a reconocer que su planteamiento aeroportuario pasaba por un Peinador con vuelos domésticos, una decisión inexplicable toda vez que el propio San Caetano preveía que la entrada en funcionamiento del AVE arrastraría un volumen importante de pasaje nacional; y de que Vigo -motor económico indiscutible de Galicia- alberga una Agencia Europea de Pesca y un potente músculo industrial que demanda rutas internacionales. En busca de esa pretendida "complementariedad" se activó un comité de coordinación entre los tres aeródromos gallegos que, sin embargo, no frenó la sangría de Peinador: entre 2007 y 2014 perdió el 51% del pasaje.

Entre los recortes de rutas, plazas y frecuencias que Peinador padeció en ese contexto, destacan dos hitos. El primero fue la decisión de Air Europa, en 2013, de recortar a la mitad su oferta en Vigo tras aterrizar en Alvedro gracias a una subvención de 1,4 millones del Ayuntamiento herculino. La segunda fue la decisión de Air France de cancelar en octubre de 2015 su conexión con París, un enlace histórico y clave, tanto por su importancia para el tejido empresaria como por su significado. La aerolínea franco-holandesa llevaba prestando el servicio 11 años consecutivos y, aunque durante todo ese tiempo no había recibido ni un solo euro en ayudas públicas, se había visto obligada a competir con vuelos en Santiago y A Coruña que sí estaban apoyados por la Xunta y los ayuntamientos de ambas urbes. "Hay muchísima competencia en Galicia y eso nos ha influido", reconocían desde la aerolínea al anunciar su salida de Peinador. El argumento principal que esgrimieron fue la "caída de rentabilidad".

Aunque el Concello de Vigo fue el único que pidió que se deje competir en igualdad de condiciones a los aeropuertos, sin subvenciones, la presión del resto de terminales gallegas y la competencia que ejerce Oporto -según sus propias estimaciones, el aeródromo luso capta más de 800.000 viajeros anuales en el área olívica-, le obligó a recurrir a las ayudas. Enfrente se topó sin embargo con el veto del PP vigués, en contraste con la posición que ese mismo partido mantenía en A Coruña, Santiago o la Xunta, donde sí repartía fondos para captar rutas.

La intensa presión que se ejerció llevó a los populares a levantar esa prohibición, lo que a su vez permitió lanzar los concursos. El episodio más significativo de aquel capítulo fue la gran manifestación convocada por el alcalde en junio de 2013 en Porta do Sol bajo el lema "Salvemos Peinador" y a la que acudieron más de 5.000 personas. Tres años después el aeropuerto levanta el vuelo, pero queda aún una larga travesía por recorrer: los resultados siguen lejos de los alcanzados en 2007, el mejor ejercicio de Peinador; y durante algunas temporadas, como este otoño, la oferta de rutas sigue siendo muy limitada.