El día después de que el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Cangas, David Pérez Laya, pusiese en libertad sin fianza y sin ningún tipo de orden de alejamiento al patriarca de los morones, Olegario Giménez, su mujer, Flora Jiménez Gabarri, acudía al mismo juzgado a presentar declaración por la multitudinaria reyerta de 16 de octubre de hace un año en el mercadillos de Cangas.

Acudió a declarar por segunda vez porque su abogado pretendía que lo hiciera como perjudicada para que pudiera reclamar una indemnización, a lo que ella renunció de inmediato: "que no reclama por las lesiones, que le han producido, y que quiere ser visitada por el médico forense, como ya lo fue. Que no se va a poner mejor con el dinero de ellos [en alusión a los zamoranos que supuestamente le pegaron en el mercadillo de Cangas].

Flora Jiménez Gabarri declaró que su hijo Sinaí fue el día de autos a hablar con tres zamoranos que estaban juntos para decirles que le habían quitado el sitio. Que ella vio lo que sucedía porque en ese momento estaba enfrente. Que se bajó de la furgoneta en zapatillas y al bajar vio a los tres de lejos, con malos gestos hacia Sinaí, que le preguntó a su hijo qué sucedía y le respondió los zamoranos estaban ocupando dos metros de su sitio. Asegura que ella mandó a su hijo que fueran poniendo el puesto que ella iba a hablar con los zamoranos: Quique, León y Alfredo. Asegura que tras pedirles que dejar los metros a su hijo vino el hermano de Alfredo y le dijo "¿qué parara morona de mierda? Ella les llamó canallas y ellos respondieron con la acusación de chivata. Declaró que fue Quique quien la golpeó con la tarima del puesto en el costado derecho y que cayó de rodillas, que se cubrió después con las manos de otro golpe con hierro de los que se usan en los puestos de metro y medio de largo. Afirma que después vinieron Ramón y León con hierros e iban a darle en la cabeza, pero le dieron en la mano derecha, que fue cuando ella estaba tirada en el suelo cuando vino su hijo Sinaí Giménez y le dieron en la cabeza. Dice que cree que quien golpeó a su hijo fue León.

Declaró que vio a Sinaí Giménez con más de 50 hierros encima de la cabeza, que Sinaí cogió un hierro grande de dos metros y lo levantó encima de su cabeza con las manos en alto a modo de protección y entonces los hierros que le tiraba rebotaban hacia ellos, que la declarante gritaba: "¡Parad quietos!, pero ellos continuaban, y los hierros rebotaban hacia los zamoranos y ellos mismos se hacían daños en la cabeza", dijo

Asegura Flora Jiménez que está en posesión de vídeos en los que se ve a la Policía Local de Cangas cómo recoge los hierros de las manos de los zamoranos y los tiran al suelo. Repitió que su hijo Sinaí Giménez no agredió en ningún momento a nadie, que solo querían que no lo mataran.