El alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos, mantuvo contacto telefónico en un par de ocasiones con el gerente del Órgano de Recaudación de la Administración Local (ORAL) para tratar de desatascar un conflicto que se enquista: el de los recibos relacionados con la regularización catastral. Aunque se pensaba que ya había dado la orden a principios de mes, el regidor local la dio ayer: paralizar el cobro de los recibos a cuyas personas no les hayan contestado las alegaciones, para evitar así el paso a la lista de morosos que tienen que hacer frente al pago a través de la vía ejecutiva. El alcalde manifestó que se toma esta medida porque hubo contribuyentes que solicitaron esta medida y se les denegó. El ORAL puede paralizar el cobro, pero el impuesto depende del Catastro, que podría poner algún inconveniente. El plazo para hacer frente al citado impuesto finaliza el 31 de octubre.

De momento no se hay cifras públicas sobre el número de contribuyentes afectados por la regularización catastral que ya realizaron el pago del IBI. Pueden ser muchos más de lo que pudiera parecer, ya que se teme a la vía ejecutiva, porque supone un recargo y, además, se está pendiente del pago de los atrasos de cuatro años relacionados con la regularización catastral.

Calendario

Entre este conflicto, el del agua y de la basura, los cangueses van a pagar numerosos atrasos de recibos, que pueden dejar la economía familiar maltrecha, si no se establece bien un calendario fiscal para que se puedan pagar con cierta comodidad todos los recibos pendientes que empiezan a ser demasiados. El gobierno tripartito va a trabajar en este aspecto con el fin de evitar que se junten demasiados recibos. Para ello tendrá también que hablar con Catastro para saber cuando tiene pensado pasar al cobro los cuatro años a los que obliga a los afectados por la regularización catastral.