Las intensas lluvias que se produjeron en la primavera, la falta de cultivos y el desbroce a destiempo de A Lagoa hacía suponer a la organización que en la red, para su posterior anillamiento, iban a caer pocos pájaros este año. Antonio Fernández que pasea los parajes de Cangas en busca de especies sabía perfectamente que este año las capturas iban a ser escasas porque no hay crías, la crimatología y el hombre acabó con ellas esta primavera.

En la red cayeron la mitad de pájaros que otros años, alrededor de una veintena. Pero el centenar de personas que acudieron a este tradicional anillamiento, que organiza la Asociación Anduriña, pudieron contemplar pájaros tan singulares como la estreliña (en gallego) o reyezuelo (en castellano). Se trata del ave más pequeña de Europa que apenas pesa cinco gramos. Hubo también pardales, mirlos, paporubo, mosquetero musical (especie que se encuentra en Punta Balea en su camino hacia África).

El tiempo ayudó a convertir en esta tradicional jornada el algo inolvidable. Había gente caminando que se paraba para preguntar a los miembros de la asociación por los pájaros de Punta Balea. Pero fueron los niños los que, como casi siempre, se vuelcan en esta actividad. Fueron ellos los que estuvieron pendientes de las redes y los que mostraron esa curiosidad infantil por saber cómo se realiza la práctica del anillamiento.

Esta actividad se encontraba dentro de las organizadas por Anduriña para conmemorar el Día Mundial de las Aves. En el año 2015 se celebraron en España más de 200 actos en los que participaron más de 20.000 personas, lo que supone que España es uno de los países con mayor índice de participación.