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La Fundación Dani Rivas inaugura la estatua del piloto el 8 de octubre

El colectivo firma con el Concello de Moaña la cesión de la escultura durante 10 años

Tyrone Pose y Leticia Santos en el momento de la firma del convenio. // S.Á.

La inauguración de la estatua de Dani Rivas en Moaña ya tiene fecha. El sábado 8 de octubre es el elegido por la fundación que lleva el nombre del malogrado piloto para descubrir el proyecto en el que ha estado trabajando activamente a lo largo del último año, una escultura que recuerde al deportista moañés y que estará situada en la Praza do Emigrante.

El colectivo ha escogido esta fecha por coincidir con un parón en el calendario competitivo de motociclismo, ya que no hay ni Mundial ni Europeo, lo que facilitará la presencia de compañeros y rivales de Rivas en un acto que se prevé multitudinario. Desde la Fundación, sin embargo, se muestran cautos. "Esperemos que acompañe el tiempo porque para nosotros va a ser un día bonito, aunque también doloroso. Esta semana empezaremos a cursar las invitaciones, pero aún es pronto para saber qué afluencia de gente tendremos", explica Tyrone Pose, cuñado del piloto y uno de los impulsores de la Fundación y de la construcción de la estatua.

El último paso previo a la inauguración se llevó a cabo esta semana, y fue la firma del convenio entre el Fundación Dani Rivas y el Concello de Moaña para la cesión de la escultura. El colectivo mantiene la propiedad de la obra y la cede por un periodo de 10 años prorrogables. Mediante este acuerdo, cualquier cambio de ubicación debe ser consultado con la fundación, y si esta no está de acuerdo recuperaría de modo inmediato la estatua. "Queremos dar las gracias al Concello porque nos ha dado todas las facilidades", manifestó Pose tras la firma del documento con la alcaldesa, Leticia Santos.

La escultura, realizada en bronce, tendrá unos 2,80 metros de altura contando con la base, y representa al piloto fallecido en el circuito de Laguna Seca sobre su moto y haciendo un caballito, en una de sus imágenes más icónicas. El artista José Molares ha sido el encargado de ejecutarla y en estos días se encuentra matizando los últimos detalles después de que se haya acabado el montaje y fundido de las diferentes piezas que la conforman. "Es impresionante y le va a gustar a la gente. Te emocionas al verla porque es muy real", señala Pose, que no pierde la oportunidad de agradecer la labor desinteresada del escultor, que no ha cobrado un solo euro por su trabajo. "Ni él ni los hermanos Rial de la fundición, ni el soldador Manolo Romero. Ninguno ha cobrado", señala, porque, de otro modo, los 30.000 euros que ha costado la pieza podrían dispararse hasta el doble, "y entonces sí que sería inasumible para nosotros". La previsión es que en una semana esté totalmente rematada.

La instalación al completo (la estatua y la base de piedra que la sustenta) tiene un peso de siete toneladas, lo que obligará a construir unas zapatas para soportar toda la estructura.

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