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Las 'infioratas' hermanan a Bueu y San Valentino

Las alfombras florales unen a las dos localidades y sus alfombristas piden a los municipios que se hermanen

Los alfombristas italianos el lunes en el puerto de Ons.

La tradición de las alfombras florales ha sido el inicio de una hermosa amistad entre Bueu y el pueblo italiano de San Valentino Torio, situado cerca de Nápoles. Una delegación de la localidad italiana acaba de devolver a los alfombristas de Bueu la visita que ellos le realizaron el pasado mes de septiembre y confeccionaron una vistosa alfombra, infiorata como se denominan en italiano, para las fiestas del Carmen. "Ha sido una experiencia increíble, hemos disfrutado de un gran calor humano, una gran hospitalidad por parte de los vecinos de Bueu y hemos comido cosas que jamás habíamos probado", contaban ayer agradecidos dos portavoces de la delegación de San Valentino Torio, Aldo Longobardi y Pascuale Longobardi.

La buena relación establecida con Bueu ha hecho que las dos partes hayan pedido a sus respectivos ayuntamientos que exploren la posibilidad de establecer un hermanamiento oficial, sustentado en la tradición común de las alfombras florales. Una tradición común, pero con sus diferencias. "Nosotros solo usamos flores y hojas. No empleamos conchas, porque no tenemos, ni virutas ni materiales molidos", explicaban los Longobardi [son primos] antes de despedirse de Bueu. El tapiz que realizaron en el exterior de la lonja fue de los más comentados, con la figura de la Virgen, el barco que aparece en el escudo de Bueu y el faro de la isla de Ons. "Estamos muy contentos porque a la gente le gustó mucho. Se paraban a verla y nos preguntaban por la técnica para que el rostro nos quedase tan lindo y expresivo", cuentan. La delegación italiana estaba formada por nueve personas y aunque no habían estado antes en Bueu se documentaron bien.

La imagen del faro de Ons la conocían gracias al obsequio que les realizaron los alfombristas de Bueu cuando estuvieron el año pasado en San Valentino Torio. "Queríamos hacer algo relacionado con este pueblo y la imagen del faro es muy bonita. Es un elemento de bienvenida y al mismo tiempo una puerta hacia América", razona Aldo Longobardi. El lunes tuvieron la oportunidad de visitar la isla de Ons y de ver directamente el faro. "Y de comprobar como aquí el tiempo cambia de un minuto para otro. Llegamos con mucho sol y calor y de repente entró la niebla", cuenta divertido junto a sus anfitriones de la Asociación Alfombras Corpus de Bueu.

El recorrido de las infioratas de San Valentino Torio es mucho más corto que los casi dos kilómetros de Bueu, pero por contra el material que usan es exclusivamente floral. "Es un espacio de 300 metros cuadrados [como la procesión del sábado alrededor de la lonja de Bueu] y utilizamos 100.000 flores", cuentan. A ello hay que unir una gran alfombra vertical, como la que reprodujeron a pequeña escala los vecinos de Bueu en el altar del Corpus de este año. "Para esa infiorata se necesitan otras 100.000 flores, con 2.000 claveles por cada metro cuadrado", precisa a su vez Pascuale Longobardi. Todo ello suma una inversión de 20.000 euros.

Esta costumbre en la localidad italiana no es tan antigua como pudiese parecer. "La idea nació hace unos 20 años. Era una oportunidad para que los propietarios de los campos que estaban vacíos cultivasen flores y luego nosotros las compramos para las infioratas. Es una oportunidad para que ellos pudiesen ganar algo y que la fiesta revierta en el propio pueblo", cuentan. Este año los alfombristas de Bueu regresarán a San Valentino Torio y participarán más activamente aún en las celebraciones. El 16 de septiembre realizarán una ofrenda a la Virgen de los Dolores y el día siguiente realizarán su alfombra, utilizando sus propias técnicas. "Nosotros por nuestra parte estaríamos encantados de volver a Bueu. Queremos darle las gracias a la asociación y a su presidenta, Carmen Santos, por este intercambio", apuntan Aldo y Pascuale Longobardi. Éste es un punto en el que hacen especial hincapié: la tradición del arte floral y efímero como elemento de relación cultural entre pueblos y piden que desde la Unión Europea se habiliten líneas de ayudas para este tipo de acciones.

Su gran deseo es que el hermanamiento entre Bueu y San Valentino Torio, para el que los dos ayuntamientos parece que han mostrado buena disposición, se convierta en una realidad. "Esto tiene que depender de los pueblos, no de los políticos de turno", argumentan. Ayer, antes de marcharse, las dos delegaciones realizaron un último acto de hermanamiento con una comida conjunta en la planta alta de la plaza de abastos y con platos típicamente marineros.

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