Organizar patrullas vecinales que se turnen en la vigilancia del monte es una de las opciones que barajan los comuneros de Coiro para hacer frente a la oleada de incendios que sufre la parroquia, 14 en menos de un mes y todos ellos supuestamente provocados. "Faise necesario tomar medidas de prevención para impedir que nos queimen os montes, porque o perigo sigue en pé", alertan desde el colectivo, que ha convocado una reunión para mañana, a las ocho y media de la tarde en la Escola Vella da Retirosa, con el objetivo de analizar el problema y "tomar as medidas que consideremos máis axeitadas" para solucionarlo.
Desde que se registró el primer fuego forestal de la temporada, el 23 de junio en la zona de San Cosme, Coiro es la parroquia de Cangas más afectada por esta avalancha de incendios que preocupa a los comuneros y propietarios, a los responsables políticos y a la población en general. El alcalde, Xosé Manuel Pazos, ya ha anunciado la convocatoria urgente de la Xunta Local de Seguridade para coordinar medidas policiales que permitan atajar el problema, y pedirá que se despliegue el Ejército en labores de vigilancia, si es necesario. Para los comuneros, cualquier medio es bienvenido, incluido el despliegue de vecinos en patrullas que puedan turnarse para recorrer las pistas y senderos forestales como forma de control y disuasión.
"O monte ten moito valor para a veciñanza", "temos que vixiar o monte para que non arda", "non podemos deixar que nos queimen os montes", "hai que defender o monte dos pirómanos", "é moi importante que defendamos o monte pois é fundamental para as nosas vidas". Son algunas de las consignas que destacan los representantes de los comuneros de Coiro para intentar movilizar a los afectados, que es toda la población pues se trata de un atentado medioambiental que padece toda la ciudadanía.
Tanto los técnicos del servicio contraincendios como los responsables políticos y policiales están convencidos de que detrás de estos fuegos se esconde alguna persona a la que los investigadores le "siguen los pasos", aunque hasta ahora ha logrado burlar la vigilancia. Los comuneros celebran que hasta ahora los incendios "non foron a máis", pero temen que al avanzar el verano y secarse más la vegetación, sea más difícil atajar el fuego y sus consecuencias se agraven. La principal arma es la prevención.
