El rescate de la concesión del servicio del ciclo integral del agua de Cangas para municipalizarlo es un compromiso electoral de los tres grupos políticos que ahora conforman el gobierno (ACE, BNG y Asemblea) y al que hasta ahora se han visto obligados a renunciar por dificultades jurídicas y económicas, de las que advierten sus propios informes. Pero el Concello aún no descarta definitivamente esa opción y, ante la imposibilidad de afrontar una probable indemnización millonaria a la empresa (la UTE formada por Aqualia y Civis Global) si opta por una rescisión unilateral, trabaja en la opción de anular el contrato amparado en posibles incumplimientos de la concesionaria a la hora de invertir en infraestructuras de abastecimiento, saneamiento y depuración. La medida, de prosperar, evitaría el desembolso, pero no las trabas estatales a la hora de invertir, por lo que el tripartito ve con buenos ojos una "alternativa social na xestión da auga" con la creación de una sociedad participada por el Concello y los propios ciudadanos. Sus promotores, el colectivo Eco-soM Morrazo, explicarán la propuesta en un acto abierto que se celebrará mañana, a las seis de la tarde, en el salón de plenos, bajo el lema "A auga é de todos, recuperémola".

Sus impulsores explican que no se trata de que el agua salga gratis, sino que se pague por ella un precio justo y que los beneficios que genera este recurso reviertan directamente en los ciudadanos y no en las empresas privadas que lo gestionan. No se trata de venderla, sino de distribuirla de forma eficiente y sostenible, y también de velar contra el derroche y los actuales problemas de saneamiento y depuración. Una situación que también repercute negativamente en la economía de la zona, porque la contaminación afecta a la pesca y el marisqueo, el turismo, la hostelería y otros sectores implicados.

El proyecto "A auga non se vende", realizado por Eco-SoM y el grupo Kalapris Consultoría tiene en cuenta los costes del servicio, los gastos que genera y el beneficio que se queda la concesionaria para convencer a los ciudadanos de que su propuesta es viable desde todos los puntos de vista. Aunque opta por omitir los datos hasta la reunión informativa de mañana, en la que anima a los vecinos a participar para que saquen sus propias conclusiones, sus representantes aseguran que, aunque con algunas variantes, el modelo funciona en ciudades como París, Berlín o Atlanta. Pese a la sintonía que mantienen con los grupos en el gobierno, dejan claro que se trata de "unir esforzos da xente, ao marxe de calquera vinculación partidaria", y que su intención es que la idea cuaje en Cangas para exportarla luego a otros municipios de la comarca, como Moaña o Bueu, con inversiones conjuntas.

En síntesis, el primer paso sería constituir una sociedad anónima participada por el Concello y los ciudadanos, abierta a pequeños ahorradores de la comarca que se implicaría por motivos sociales, pero también económicos, porque consideran que los servicios públicos son "valores seguros" y que el beneficio está garantizado. Asimismo, se crearía un órgano rector/fiscalizador con todas las partes representadas y que funcionaría a modo de consejo de administración. Se establecería un plan de empresa y unos objetivos a cumplir, siempre sobre los principios de la economía social.

"A filosofía desta empresa sería pagar o prezo xusto por un servizo medioambientalmente sostible, sen lucro e repartindo os beneficios entre os cidadáns", explican sus promotores, que consideran viable rescatar el servicio, pero no municipalizarlo, por lo que ven en esta fórmula la más idónea para "blindar o servizo para a sociedade" a través de la "democracia participativa". Su intención es explicar el proyecto por las parroquias para sumar adeptos e intentar constituir la sociedad y activarla "en tres ou catro meses", tras rescatar el servicio.