La guerra encubierta que parecen tener el Concello de Bueu y su concesionaria municipal del servicio de abastecimiento, saneamiento y depuración vivirá un nuevo capítulo en el pleno del lunes. El orden del día de la sesión plenaria incluye una propuesta de multa de 6.010 euros a la empresa Aqualia por la comisión de una falta "moi grave", un expediente sancionador que el gobierno municipal sustenta sobre un informe emitido por Augas de Galicia hace casi tres años. La diferencia con respecto a los expedientes incoados hasta la fecha está en la tipificación de la presunta falta, que pasa de "grave" a "moi grave", lo que a su vez implica que el órgano competente para conocer el asunto es el pleno y no la Xunta de Goberno Local.
El ejecutivo local se escuda en uno de los informes de las auditorias trimestrales que Augas de Galicia realiza en las estaciones depuradoras de aguas residuales (Edar). En este caso concreto se trata de una inspección realizada en el último trimestre de año 2013, en la que el departamento autonómico advierte de una serie de deficiencias en las instalaciones, ubicadas en el lugar de Cabalo. Entre las incidencias que se mencionaban en dicha inspección se destaca que "el equipo de desinfección permanece apagado; uno de los canales de biológico está vacío (fuera de servicio); posible problema de filamentosas en el reactor" y advierte de "fortes entradas de aguas blancas [pluviales] en la red". Eso podría estar en relación con otra de las observaciones efectuadas en la auditoría: "Ya se cuenta con lecturas del caudalímetro de entrada. Los valores recogidos indican una entrada de agua bruta en la EDAR superior al doble de los valores de diseño". En otro punto del mismo informe se añade. "Si la medición del caudalímetro es correcta, la cantidad de agua tratada supera ampliamente (hasta más del doble en algunos meses) el caudal de diseño de la EDAR".
En otro apartado, la consultoría que realizó la auditoría para Augas de Galicia afirma que las soplantes de aireación del pretratamiento de aguas residuales "permanecen averiadas desde hace muchos meses". Así, concluye que "en estas condiciones el rendimiento del desarenador y desengrasador se ve muy mermado y tanto las arenas como las grasas retiradas son una pequeña parte de las que podrían extraerse con la aireación funcionando".
El gobierno local toma como base estas conclusiones para incoar el expediente a la concesionaria, que en realidad se tramita por segunda vez. El primero llegó a caducar, por lo que el Concello reinició el trámite a principios de este año. La auditoría aún hace mención a otro aspecto en el que concesionaria y ayuntamiento no se ponen de acuerdo: la entrada en funcionamiento del sistema de desinfección con rayos ultravioleta. Augas de Galicia constataba que este dispositivo está instalado en la depuradora de Cabalo desde 2008, aunque no está operativo porque la empresa alega que el coste que implica está fuera del contrato. En sus recomendaciones insta a que se ponga en marcha cuanto antes porque el ámbito en la que vierte la depuradora de Bueu está clasificado como "zona sensible", con nutrientes para moluscos e incluida dentro de la Red Natura 2000.