Carmen veía desde lejos el incendio. Eran momentos difíciles, aún no se sabía el alcance del incendio y el humo crecía y dejaba una sensación de pavor. También ella es trabajadora de una ETT, de las que acostumbra a hacer el turno de tarde. En un primer momento se temió lo peor y recuerda que no pudo recoger sus cosas en la taquilla. Pero más miedo que el incendio en sí lo da el saber que se pierde un trabajo que ya solo los tenía 3 días a la semana, pero que ayudaba a mantener a la familia. Pero no había heridos y eso era muy importante. Nadie estuvó tranquilo hasta que confirmaron este extremo.