La llamada a la intermediación lanzada por la plantilla de la fábrica de Conservas Alonso para la intermediación de la Xunta de Galicia ha tenido un primer éxito. Aunque en realidad muy relativo, según la representación sindical pudo percibir en su reunión de ayer con la empresa. La Consellería de Economía, Emprego e Industria y los responsables de Conservas Alonso se reunirán este mismo viernes para analizar las alternativas al cierre de la fábrica de Celeiro y traslado colectivo de la plantilla a Bueu. En ese encuentro se espera la presencia del conselleiro, Francisco Conde, y es la "última esperanza" de las trabajadoras.

A pesar de la nueva vía abierta los representantes sindicales no pueden ocultar su escepticismo y desazón. "Hoy [por ayer] tuvimos una nueva reunión con la empresa y vinieron muy negativos, con un panorama muy negro. Vienen a decir que da igual las ayudas de la Xunta o del Concello de Viveiro, que van a seguir adelante con lo que entendemos que es un cierre encubierto", explica Carmen Coello, del sindicato Comisiones Obreras (CC OO). Aún así van a esperar al resultado de la reunión del viernes, que responde a la petición formulada el lunes por los sindicatos a la Secretaría Xeral de Emprego.

El único gesto de avance mostrado por la empresa en la reunión de ayer, según los sindicatos, fue acceder a posponer el fin del periodo de negociaciones. Éste debía acabar este mismo viernes, aunque como coincide con la reunión con la Xunta se acordó prolongar las negociaciones hasta principios de la semana próxima. No obstante, de aquí al viernes no hay previsto ningún otro encuentro entre las partes.

La plantilla sí mantiene su calendario de movilizaciones, que incluye concentraciones en Viveiro los lunes y los jueves, así como una manifestación que está convocada para el viernes 6 de mayo a las 19.00 horas.

En el caso de que esta serie de negociaciones acaben sin ningún acuerdo se pondrá en marcha otros plazos para el cierre de la fábrica de Celeiro y el traslado colectivo a Bueu, que la empresa quiere materializar en junio. A lo largo de la próxima semana cada trabajadora deberá decidir si acepta ese cambio o si por contra se va al paro. El caso es especialmente complicado para las fijas discontinuas porque "hay quien ni siquiera tiene el mínimo para poder cobrar", aseguran las representantes sindicales. La plantilla se divide entre 20 personas con carácter fijo y otras 21 fijas discontinuas. "Ya nos están diciendo que las fijas discontinuas acaban de trabajar el lunes", se lamentan las afectadas.