Dos meses de inactividad, uno de ellos retribuido, y la eliminación de las cuotas durante los meses de invierno. Esas son las dos principales propuestas que se han elevado ante la Consellería de Mar la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores de Pontevedra para que sean incluidas en el próximo plan de explotación del pulpo. Las medidas han sido consensuadas por los diferentes cabildos de Pontevedra en una reunión mantenida en la sede del colectivo, en Arcade, y también han sido puestas en conocimiento de la Federación Gallega de Cofradías, a la espera de una reunión con las federaciones provinciales de A Coruña y Lugo y con la propia Xunta de Galicia para definir un planteamiento común que plasmar en el nuevo plan.

La fijación de dos meses de parada es la postura común en un sector que los acepta siempre y cuando uno sea de veda y el otro de parada biológica, lo que supone que estaría subvencionada. "A veda podería ser máis prolongada dun mes, pero se se aumenta, tería que ser a través dunha parada biológica", explica el presidente de la Federación Provincial de Cofradías de Pontevedra, José Antonio Gómez. Y es que el sector considera mayoritariamente "inasumible" una inactividad tan prolongada sin ningún tipo de ingresos. Esto supondría, asimismo, que la parada perjudicaría indirectamente a otros recursos si la flota naseira buscase esos ingresos dedicándose a otros recursos.

El planteamiento de la Federación Provincial es que la apertura de la veda se produzca coincidiendo con la campaña de la nécora, es decir, el 1 de julio. La veda y la parada serían, pues, en los meses de mayo y junio.

La otra cuestión importante que se recoge en el documento elaborado por los naseiros de la provincia se refiere a la fijación de una cuota máxima diaria de captura, que hasta el momento está establecida en 50 kilos por tripulante y embarcación. "Asumimos que haxa unha cuota ó principio da campaña, pero despois queremos que se elimine, porque no inverno se perden moitos días de mar", señala el dirigente. La propuesta plantearía el mantenimiento de la cuota durante los meses de julio, agosto y septiembre y, a partir de octubre, que no exista ninguna limitación al no existir unas garantías mínimas de poder salir al mar. Esta situación se ha dado en las últimas semanas, con los barcos que faenan el pulpo yendo al mar únicamente un par de días por semana.