Marcos García Montes, abogado de Saúl y Juan Paulo Giménez,hermanos de Sinaí Giménez, manifestó, al abandonar los juzgados de Cangas, tras estar todo el día con sus clientes y antes de que el juez decretara prisión para ellos, que habían hecho alegatos claros de que no había ningún problema. Matizó que "no ha habido queja, ni ningún cooperativista ha dicho que le han chantajeado, por lo que todo esto es una invención.

Señaló también que había declarado el gestor-responsable de la asesoría que lleva la cooperativa de los ambulantes morones- y que dejó las cosas muy claras, según manifestó, conforme "aquello no era el camarote de los hermanos Marx, que es una gestión bien llevada por ellos y que todos los cooperativistas estaban pagando sus cuotas a la Seguridad Social como autónomos", por lo que, añadió"yo no entiendo nada". También afirmó que el gestor negó que hubiera algún tipo de extorsión ni denuncia de una tercera persona.

El letrado confirmó que sus clientes se negaron a declarar ante el juez porque "entendemos que el derecho de defensa queda violado por el uso y abuso de la prisión provisional y del secreto de sumario; ya está dicho por el Tribunal de Derechos Humanos, que España usa y abusa de este secreto, por lo que mientras no conozcamos la acusación no podemos declarar, pero la declaración del gestor ha roto todo el esquema". Así añade que esta declaración dejó claro que los cooperativistas se gestionaba bien, sin queja, pagaban lo que tenían que pagar a la seguridad Social, que al principio era más dinero porque era el régimen general, de 300 euros, y después al ser autónomos pasó a 150 euros y lo que pagaban era Seguridad Social y autónomos y una parte como cooperativistas.

Al término de las declaraciones, ya cerca de las doce de la noche, el letrado de Sinaí Giménez, el santiagués José Luis Gutiérrez Aranguren ponía en tela de juicio también que se hubiera decretado el secreto de sumario.

Fuera de los juzgados, cuando los furgones de la Guardia Civil se llevaron detenidos a Sinaí y a dos de sus hermanos, se vivieron escenas de mucha tensión por parte, sobre todo de las mujeres, algunas de las cuales lloraban desconsoladamente, sin dejar de proferir amenazas contra la Guardia Civil y el clan de los "zamoranos"