Hicieron falta tres guardias civiles para arrastrar por la adoquinada entrada a los juzgados de Cangas la caja fuerte que las fuerzas de seguridad habían requisado en el registro efectuado en las casas del clan de los Morones, en Tomiño. A primer hora de la mañana se había adelantado que sería abierta en el juzgado, pero pasaba el día y la famosa caja fuerte no aparecía. Fue a las 18.15 horas cuando los guardias la sacaron de un furgón policial y en un carro la arrastraon, no sin cierta dificultad, por el empedrado, hasta llegar al juzgado, donde presumiblemente fue abierta en presencia de juez David Pérez Laya. Pero sigue siendo una incógnita lo que había en el interior de esta caja, que tanto interés despertó.