Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

200 años de una fábrica que cambió Bueu

Salvador Massó Palau fue el primer miembro de la familia catalana que se instaló en Bueu y en 1816 abrió en el "Almacén do Rei" una salazón que fue el origen del gran emporio

A la izq., imagen antigua del "Almacén do Rei", origen de la fábrica y museo. // Archivo Museo Massó

La historia de Bueu no se puede entender sin el mar y sin la transformación y comercialización de los productos de ese mar. Primero fueron los romanos, tal como demuestran los restos hallados en Pescadoira, los que se dieron cuenta de esa riqueza y muchos siglos más tarde fueron los fomentadores catalanes los que siguieron sus pasos. En este 2016 se cumplen precisamente 200 años de la fundación de una fábrica que contribuyó a transformar Bueu y su sociedad. Un jovencísimo Salvador Massó Palau puso en marcha en el año 1816 una salazonera que fue el embrión de lo que muchos años más tarde fue un auténtico imperio conservero.

A esa historia fundamental dedica este año el Museo Massó de Bueu la exposición que está preparando con motivo del Día Internacional de los Museos. La relación entre el museo y la fábrica es más que evidente. Lo que hoy es el principal referente y dinamizador turístico de Bueu se levanta sobre lo que en su día fue la primera salazón de los Massó. Aquel edificio se llamaba "O almacén do Rei" y allí fundó Salvador Massó Palau su primera fábrica de salazones en 1816.

Este hombre era el más joven de los cuatro hijos del matrimonio formado por Gaspar Massó y Antonia Palau, cuyas raíces hay que buscarlas en la localidad costera de Blanes (Girona). Las fuentes documentales atestiguan que entre la saga familiar había pilotos de barcos de cabotaje y otros que poseían viñedos, cuya producción se exportaba a Francia. Precisamente entre los hijos del matrimonio Gaspar Massó-Antonia Palau hubo algunos que buscaron fortuna en La Habana con el comercio de vino y aguardiente. No fue el caso de Salvador Massó Palau (nacido en 1799), que decidió probar suerte en Galicia y se instaló en Bueu. Con apenas 17 años de edad creó su primera compañía de salazones en el "Almacén do Rei".

El edificio que hoy alberga el Museo Massó era un inmueble de una sola planta situado casi literalmente al pie del mar, que en aquel entonces era un almacén de sal estancada. Salvador Massó Palau lo convierte en una salazón al estilo catalán e instala su vivienda en un edificio contiguo. La doctora en Historia Económica y profesora en la Universidade de Santiago (USC) Luisa Muñoz Abeledo señala en un estudio sobre los Massó que en ese mismo frente litoral en el que se instaló Salvador había otras familias procedentes de la burguesía catalana, como Juan Verges y Gil o Jaime Bolíbar Borrel, procedentes de Calella.

Los hijos de Salvador Massó Palau no nacerían hasta mediados del siglo: Francisca (1847), Gaspar (1848), Salvador (1850) y José.Los registros documentales demuestran que dos de los hijos, Gaspar y Salvador, se unieron a su padre en el negocio familiar y juntos dieron el siguiente paso. Así, en el año 1880 fundan una sociedad mercantil llamada Salvador Massó e Hijos dedicada a la transformación de la sardina y actividades derivadas. El paso de la salazón a la conserva hermética, que culminaría en 1883. El patriarca solo pudo asistir a los inicios de este cambio puesto que falleció pocos años después, en julio de 1886.

La conservera de Bueu se denominó en primer lugar La Perfección y era parte de una sociedad mercantil de capital mixto. Los Massó habían establecido una alianza con el presidente de la Cámara Comercial de Bayona (Francia), Félix Domingo, y con el empresario francés Paul Dargenton. Desde Bueu se fabricaba y en Francia estaba la dirección comercial, se transfería el material y tecnología y se enviaba personal cualificado para instruir a las trabajadoras y operarios de Bueu, tal como explica Luisa Muñoz Abeledo.

La exposición sobre la que trabaja el Museo Massó para conmemorar el 200 aniversario del inicio de la fábrica que cambió para siempre Bueu se centrará precisamente en este periodo inicial, desde la apertura como salazón en 1816 hasta la revolución tecnológica que propició la transformación en conservera. Aquel "Almacén do Rei", aunque ahora cuenta con una planta más que alberga la Sala Noble del Museo Massó, conserva su estructura, varios pilares y la fachada. Durante las obras de construcción de lo que hoy es el museo se descubrieron restos de las canalizaciones de aquella salazón, el origen de lo que más de un siglo después sería la mayor conservera de Europa.

Compartir el artículo

stats