Desde el comedor social de Cangas Ángela Rodas destaca el descenso en el número de usuarios. Si hace un par de años llegaban a atender a unas 140 personas diarias, en estos momentos comen entre 70 y 90 personas cada jornada en las instalaciones. "Abrimos las puertas al comienzo de la crisis. Ahora las cosas van algo mejor", indica.

Rodas, por otro lado, pide la colaboración altruista de los vecinos. "Lo que más necesitamos ahora es alguien que tenga tiempo libre y pueda asumir parte de las tareas", señala. Y es que recuerda la carga de trabajo intenso que tiene desde que el comedor abrió sus puertas.

En el caso moañés el promotor asegura que atiende a unas 60 personas. Desde el Concello le pedirán un registro exacto de la situación de cada usuario así como de su número a la hora de determinar la aportación económica a la que podrá acceder el comedor si finalmente no cierra sus puertas.