La Dirección General del Catastro propuso el año pasado para Bueu una subida de los valores catastrales del 10%, una propuesta que en un primer momento el Concello aceptó y que luego intentó rechazar, aunque demasiado tarde. Este año Catastro plantea una nueva actualización de valores que entraría en vigor en 2017, esta vez del 5%, y que desde el gobierno local ya se han apresurado a rechazar de plano. Las razones parecen claras.
La negativa municipal se sustenta en dos argumentos. El primero es que el recibo de este año ya incluirá la actualización del 10% aprobada el año pasado, una medida de la que el Concello se arrepintió y que intentó frenar demasiado tarde porque empaña la reiterada promesa de reducción del IBI. El recibo que se empezará a pasar al cobro a partir del próximo 1 de julio cuenta con una notable rebaja en el tipo impositivo, que pasa de un coeficiente de 0,60 a otro de 0,45. Una reducción a priori del 25%, pero que en realidad se quedará en el entorno del 17% debido a la entrada en vigor de los valores catastrales actualizados. El Catastro rechazó la rectificación municipal alegando que el escrito fue presentado fuera de plazo, aunque desde el ayuntamiento siguen insistiendo en que todavía no han recibido contestación oficial.
La razón del Concello para aceptar en primera instancia aquella actualización fue precisamente compensar de alguna manera la caída que se preveía en la recaudación municipal, que se estimaba en 250.000 euros. En el mes de septiembre solicitó que se anulase la actualización al conocer el alcance del expediente de regularización catastral que se impulsaba desde el Ministerio de Hacienda, que es el segundo argumento municipal para descartar la subida del 5% que se plantea ahora. Esa inspección concluyó hace apenas unas semanas con más de 1.345 expedientes y que en este 2016 reportará a las arcas municipales unos ingresos adicionales de 640.000 euros.
La Dirección General del Catastro envía todos los años a estas alturas una circular a los ayuntamientos con una recomendación para revisar sus valores catastrales con el fin de que supongan aproximadamente el 50% del valor de mercado de un inmueble.
