La Consellería de Infraestruturas abrió ayer al tráfico el carril lento de Domaio en dirección Cangas que estaba cerrado desde mediados de febrero, por culpa de los desprendimientos del talud sobre la calzada. Ayer concluyeron las obras de estabilización del talud, tal y como estaba previsto.

Aunque en un principio la Xunta estimaba no abrir este carril, en vista de que la próxima semana comenzarían los trabajos de desdoblamiento entre el Viaducto da Moura y el Túnel de Montealegre, finalmente se decidió recuperar la normalidad en la circulación durante los días festivos de Semana Santa.

A partir del próximo martes o miércoles se prevé un corte del tráfico en este mismo tramo en el carril hacia Vigo. El tráfico se desviará llegado a este punto por los actuales dos carriles en dirección a Cangas. El carril de adelantamiento se utilizará para los coches que se dirijan a Vigo y el que fue reabierto ayer mantendrá su función de canalizar el tráfico hacia Cangas.

Con la reapertura de ayer el Corredor vuelve a recuperar la circulación habitual, aunque sea por unos días. Llevaba un mes y medio con el vial cortado en el punto de los desprendimientos. Mientras tanto se trabajó en drenar el talud y estabilizarlo con hormigón para evitar nuevos derrumbes.

Las lluvias intensas de febrero acumularon agua en el interior de la pared vertical, que se precipitó sobre la calzada. Los desprendimientos no causaron heridos, pero sí que tuvieron durante unos días cerrado por completo el sentido a Cangas entre la rotonda de Domaio y el vial de acceso en el barrio de San Lourenzo.

Los trabajos de desdoblamiento que comenzarán la próxima semana se prolongarán durante 24 meses para completar la construcción de la autovía en el primer subtramo, que suma más de 3 kilómetros lineales. Dividida en tres subtramos, la obra total convertirá en una autovía toda la carretera entre el enlace con la AP-9 y la primera salida de Cangas.