El campanario y parte de los muros exteriores de la capilla de A Pedreira que permanecen en pie corren serio riesgo de desplomarse al igual que ocurrió el martes con la techumbre, y los técnicos del Concello consideran que hay que tomar medidas urgentes para evitar más problemas. Así se lo hizo llegar el alcalde, Xosé Manuel Pazos, al párroco de Coiro, Benito de la Iglesia, que ayer a mediodía se trasladó al Concello para conocer los pormenores de una resolución que le desmenuzó la edil de Obras e Servizos, Mercedes Giráldez, ante la ausencia del titular de Urbanismo e Patrimonio, Mariano Abalo. "Díxenlle que teñen que actuar xa, protexer a zona e retirar todos os elementos deteriorados ou susceptibles de caer", explica la edil, y concreta los puntos débiles: "A fachada sur e o campanario son as partes da capela que están máis fráxiles, nas que o perigo é máis inminente. Así que é mellor actuar hoxe que mañán", advierte.

El cura señaló su disposición a tomar medidas y solicitó a los técnicos municipales los contactos con empresas especializadas para conocer su disposición y presupuestos, siempre siguiendo los criterios marcados y contando con los informes y autorizaciones preceptivos. La última palabra la tendría el Arzobispado, titular de la capilla y que es conocedor de la situación desde el mismo martes, aunque el primer paso, aseguran desde la institución religiosa, será convocar el Consejo Parroquial de Economía y Pastoral de Coiro, integrado por "un grupo de feligreses" para analizar la situación tras el derrumbe y actuar en consecuencia.

Según explica el vicario episcopal territorial de Pontevedra, Calixto Cobo, desde la parroquia hablarán además con el Concello, "por ser también parte interesada" en el problema. "Es un asunto de trascendencia civil y eclesiástica, que afecta a los feligreses como tales, además de en su condición de ciudadanos", añade. Como siguiente paso, y tras el "diagnóstico" de arquitecto y aparejador, se contempla acudir a la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta (la capilla está catalogada) y a la Delegación de Arte del Arzobispado, que deben "marcar las pautas" de actuación y fijar las líneas que no se pueden cruzar en la demolición de elementos ni en su posible reconstrucción.

Los representantes eclesiásticos, conforme a los criterios que se siguen en este tipo de casos, piensan "pedir tres presupuestos de actuación y adjudicar las obras al que más convenga", señala Calixto Cobo Franco, que también avanza quién debe asumir la financiación: "Serán los feligreses, en su mayor parte, conforme a lo acordado en la Comisión Parroquial de Economía", aunque sin descartar otras posibles aportaciones económicas, privadas o públicas, como pueden ser del Arzobispado o de la Xunta de Galicia. En cualquier caso, augura que serán "pasos lentos" y los avances dependerán de la agilidad en las tramitaciones.

Con respecto al posible deterioro de las imágenes sagradas y otros elementos que alberga la capilla, cuyo interior está ahora a la intemperie por carecer de tejado, tanto el párroco como el vicario territorial apuntan que se buscará una fórmula para entrar en la capilla, "siempre que esté garantizada la seguridad y no se arriesgue la vida de ninguna persona" para retirar las piezas de valor, que serían trasladadas a la iglesia parroquial de San Salvador de Coiro o incluso custodiadas "en casas particulares de algunos feligreses", siempre con conocimiento del pueblo y si así lo decide el Consejo Parroquial.

El Concello ha dado un plazo de diez días para que la propiedad retire los elementos que presentan peligro de derrumbe o bien presente alegaciones contra la resolución de la Alcaldía. El regidor insiste en que se debe actuar ya y que, en caso de no hacerlo la Iglesia en el plazo señalado, lo ejecutará el Concello y le pasará las multas y los gastos de la actuación.