Desde la Consellería de Infraestruturas atribuyen lo ocurrido a las "circunstancias extraordinarias" que ocasionó el intenso temporal de lluvia de los últimos días. De hecho fueron muchos los puntos de la red de carreteras en Galicia que sufrieron interrupciones por desprendimientos u otro tipo de problemas desde el pasado jueves.

Para tratar de evitar nuevas filtraciones de agua que generen peligro de derrumbe en el Corredor el tramo afectado será sometido a una vigilancia constante en las próximas semanas. La piedra caída el viernes había ocupado los dos carriles en sentido Cangas -el de adelantamiento y el de vehículos lentos- y solo la mediana de hormigón que divide la calzada impidió que se viese afectada la circulación en sentido Vigo.

Sucesos de este tipo se han repetido en numerosas ocasiones en el Corredor do Morrazo desde su apertura. El caso más grave ocurrió a comienzos de año en 2014, cuando fue necesario desviar durante varios meses el tráfico por la primera salida de Cangas. Un desprendimiento había precipitado sobre el asfalto incluso bloques de gran tamaño del muro de contención.

Desde la Xunta aseguran que no existen zonas especialmente peligrosas en esta carretera, y que de lo contrario actuarían de inmediato. Consideran que lo ocurrido este viernes fue una circunstancia extraordinaria ante la gran cantidad de litros de agua que cayeron. La tierra arrastrada por el Corredor llegó a provocar el sábado una mancha en el mar, entre la gasolinera de Domaio y la zona de las naves de Fandicosta.

Tanto este viernes como en los desprendimientos de 2014 no se produjeron daños físicos. En este caso los conductores sufrieron solo las retenciones al tener que dar la vuelta hacia la rotonda. En abril de 2015, varias piedras que cayeron también cerca del viaducto de A Moura provocaron un reventón a un turismo. La conductora salió ilesa.