El empresario mejillonero de Moaña Julio García Canda trabajaba ayer por la mañana en el muelle de Domaio, junto a su tripulación, a bordo del bateeiro "Airiños do Mar", cuando vieron en la ría, a unos 500 metros de la costa, una pequeña embarcación de recreo ardiendo y tres personas sobre una batea haciendo señales de auxilio con una bandera del barco y moviendo un ganapán. Eran cerca de las 11.30 horas y el patrón del "Airiños do mar" asegura que abandonaron las tareas de descarga de mejillón que realizaban en ese momento y se dirigieron, con su barco, hacia la zona de las bateas para auxiliar a las tres personas. "Fuimos a por ellos", señala García Canda, sobre los tripulantes, cuyas identidades responden a las iniciales J.M.V.; J.S.P.C y M.P.D. con edades comprendidas entre los 37 y los 45 años, aunque no hay confirmación oficial de su procedencia. Algunas fuentes consultadas apuntan a la zona de Redondela y otras, a Vigo. El velero sí podría tener su base en el puerto de Domaio.

A unos cien metros de distancia se encontraba a la deriva y ardiendo el barco, un velero de unos 6 metros de eslora y con casco de poliéster, de nombre "Alsanva".

Los tripulantes les aseguraron que habían salido a pescar y cuando atravesaban el polígono de bateas frente a Domaio se percataron de que el motor del barco había empezado a arder. Según le comunicaron, intentaron sofocar el fuego con un extintor pero ya no era controlable, por lo que decidieron saltar a una batea y ponerse a salvo ante el temor de que la embarcación pudiera explotar.

"Estaban achicados de miedo", asegura el patrón del "Airiños do mar" y no era para menos. Cuando llegó hasta ellos, el barco estaba a la deriva. Dice que lo primero que hizo fue subirles a bordo y después poner rumbo hasta el velero. Al confirmar que el motor no era de gasolina sino de gasóleo, optaron por empezar a controlar el fuego con las mangueras de a abordo que toman el agua del mar. "De tener motor de gasolina, en contacto con el agua sí explotaría, pero no había peligro", asegura el patrón bateeiro. El fuego aún no había llegado a la popa y con un cabo lo amarraron al balando mejillonero y los remolcaron hasta la rampa del muelle de Domaio. "Al llegar casi no ardía", pero el fuego estaba bajo el motor y poco se pudo hacer por salvar la embarcación.

Hasta la zona del incendio también se desplazó la embarcación del servicio marítimo de la Guardia Civil "Corvo Mariño" que ayudó a la extinción, tal y como confirma la central de emergencias del 112. Los tripulantes ya habían alertado a dicha central de que el barco en el que iban estaban ardiendo y desde ésta se movilizó a Salvamento y al Servicio de Guardacostas de Galicia. Desde tierra también se desplazó la patrulla de la Guardia Civil. El fuego en la embarcación era bien visible desde el Puente de Rande por lo que algunos particulares alertaron también al 112.