El astillero tradicional de Casqueiro se estableció en el frente marítimo de Moaña en 1942. Desde entonces se han construido más un centenar de barcos. La frágil estructura de madera, con troncos de eucaliptos, resistió hasta la fecha como vestigio de una actividad importante en el desarrollo industrial de Moaña, pero prácticamente desaparecida. A su lado la asociación Sueste, de recuperación de embarcaciones tradicionales, realiza su actividad e imparte sus cursos en el astillero de Carlagho, aunque también utilizan el de Casqueiro cuando lo necesitan.

Tras el proyecto para construir un paseo por el litoral que uniese las dos grandes sendas peatonales de Moaña, tanto Sueste como otros colectivos encabezaron la defensa de estos astilleros, al considerarlos patrimonio marítimo e industrial gallego. En 2014 incluso se produjo una protesta en la que no se veía con malos ojos que las carpinterías pasasen a manos públicas a cambio de su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), para ponerlas en valor, rehabilitarlas y realizar sobre ellas un proyecto de musealización.

Durante años fue un floreciente negocio que llegó a tener 20 empleados. Ahora no faltan detractores que incluso piden que sean derribados para abrir el frente marítimo.

La Policía Local investigaba ayer el intento de incendio, pero en principio no contaban con ningún sospechoso.