Con carteles en los que siguen demandano un "reparto xusto" de las cuotas, buena parte de la flota del cerco de O Morrazo, centralizada sobre todo en el puerto de Bueu e integrante de la Asociación de armadores del cerco de Galicia (Acerga), volvió hoy a faenar tras tres meses parada y de "acampada" en Santiago para demandar un cambio en este sistema de reparto que deja a muchos barcos sin cuota de captura para acabar las campañas.

Los armadores y tripulaciones de cuatro de los cinco barcos cerqueros de Bueu, "Marín de Bueu", "Cristo da Laxe", "Dos Meros" y "Segundo dos mil", empezaron a llegar al pantalán a las cinco de la tarde para realizar los últimos preparativos a bordo, cargar el hielo desde la lonja y poner rumbo, bien a Ons, Cíes o Costa da Vela, lo más probable según el estado del mar. A las seis de la tarde salía el "Segundo dos mil",del armador Ramón Otero, con los cuatro miembros de su tripulación en el exterior portando pancartas de "reparto xusto", que ha sido el lema de estos meses de protestas. Los armadores de Acerga no consiguieron el reparto lineal de la cuota, por tripulación y barco, que pedían, al rechazar Madrid el cambio de sistema, y se han tenido que conformar con la propuesta de la Consellería de Marque garantiza una cuota mínima para todas las embarcaciones, en función del tonelaje (GT). "En mi caso me corresponden 15.000 kilos porque mi barco tiene una potencia de 5,34 GTs. Es muy poco porque 15.0000 kilos son 1.000 cajas en todo el año. Hoy ya solo llevo 100 cajas", asegura David Simes, patrón y armador del "Marín de Bueu", poco antes de partir ayer.

La intención es que los barcos faenen hasta las ocho de la mañana, según vayan las capturas, con una parada a media noche para descargar en algún puerto como Marín, Portonovo o Vigo. Principalmente cogerán jurel, que aseguran que existe en abundancia, aunque no quieren agotar cupos, por lo que también faenarán a otras pesquerías abiertas como caballa, cabalón o bolo.

Pese ala preocupación por la falta de cuotas, entre los armadores y la tripulación se palpaba cierto ánimo por el hecho de volver a trabajar después de tres meses parados.