El reparto de la cuota de caballa desata las quejas de la Cofradía de Cangas, cuyo patrón mayor, Francisco Javier Costa, pide un reparto objetivo de estos topes de captura, de manera lineal, por embarcaciones y tripulantes, dentro del caladero. Costa asegura que el plan de gestión para los buques de los censos del caladero nacional del Cantábrico y Noroeste, estipula que para la flota de otras artes distintas del arrastre de fondo y cerco -artes menores- la distribución de cuotas se fijará según unos porcentajes por provincia. Cantabria figura con un 25,745%; A Coruña con un 6,899; Lugo con un 5,789; Pontevedra aparece con 4,769%; Guipúzcoa, con 12,347; Vizcaya, con 29,714% y Asturias, con 14,737%.

Con estos procentajes dice que puede verse claramente lo injusto del reparto, pues Cantabria casi duplica la cuota del conjunto de las tres provincias gallegas y tan sólo Vizcaya ya supera a los cántabros ampliamente. Añade que las diferencias se acentúan más por el hecho de que en Galicia hay una flota de 200 embarcaciones de artes menores (que se trasladaron en alguna ocasión a aguas cantábricas, a pesar de que existen 1.300 autorizadas a faenar con las artes con las que pueden capturar caballa), mientras que Asturias tiene 150 buques, Cantabria suma 60 y el País Vasco contabiliza 105 con posibilidades de pesca de xarda.

El patrón mayor recuerda que históricamente las capturas de caballa se realizaban de forma lineal para todos los buques, cada embarcación dentro de sus posibilidades de pesca y almacenamiento y no existía una gestión regulada de capturas. Hace unos años se aplicaron los famosos TAC,s en el ámbito de la UE, con un reparto a nivel estatal mediante la fijación de unos topes por provincia "pero os criterios aplicados pola Segepesca non son obxetivos, son arbitrarios e discriminatorios e un verdadeiro agravio comparativo para os buques do sector cantábrico occidental (Galicia)". Añade que para determinar el reparto de derechos de pesca se eligió como referente el perído 2002-2011, cuando se produjeron episodios de sobrepesca con consecuencias doblemente perjudiciales para la flota gallega. Las embarcaciones gallegas al ser las últimas en recibir el caudal migratorio de xarda son las últimas en hacerse al mar y cuando salen ya se ha consumido buena parte de la cuota en el caladero.