La flota del cerco abadonó ayer los encierros que mantenía en varios ayuntamientos de Galicia, entre los que se incluía el de Bueu, y hoy debe decidir en medio de una gran disparidad de opiniones si el lunes regresa al mar o si mantiene el paro iniciado hace ahora tres meses. Ayer se celebró la esperada reunión en Madrid entre el ministerio, Consellería do Mar, representantes del sector y sindicatos, un encuentro en el que no hubo ningún tipo de avance debido a que el Gobierno central se halla en funciones. "Unha reunión totalmente improdutiva", resumía el representante de Acerga, Andrés García, a la salida de la misma. Hoy habrá una nueva cita, esta vez una asamblea en Santiago de Acerga, que es la asociación mayoritaria del cerco, y en la que uno de los puntos del día será el debate sobre el regreso al mar.

El casi medio centenar de armadores y tripulantes de O Morrazo que estaban "acampados" en el salón de plenos de Bueu abandonaron el encierro a primera hora de la tarde, después del mensaje transmitido desde Acerga y con una nueva visita de miembros del gobierno local buenense. El contraste de opiniones manifestadas durante los dos días de encierro en Bueu suponen un buen indicativo de la división que se puede vivir esta tarde en la asamblea en Santiago. "Hai moitos que son partidarios de volver ao mar porque xa son moitos meses amarrados, mentras que hai outros que defenden que non ten sentido voltar ao traballo co mesmo sistema", explicaba ayer uno de los armadores de la flota. En lo que todos están completamente de acuerdo es en la necesidad de cambiar ese reparto de cuotas y en que desde la Administración "xogan coa nosa desesperación". Hoy precisamente se cumplen tres meses desde la última vez que la flota salió a faenar, un periodo de inactividad que está estrangulando las economías familiares de armadores y tripulantes.

Las muestras de apoyo y de solidaridad se siguieron repitiendo durante la jornada de ayer, como por ejemplo el reparto de bollería por parte de la Panadería Amador entre los encerrados. A primera hora de la tarde recogieron todos sus enseres del salón de plenos y recibieron una última visita del regidor municipal, Félix Juncal, junto a integrantes de su gobierno. "Desexamos que teñades sorte e que podades recuperar a normalidade cunha solución aos vosos problemas", manifestó.

La única incidencia de la jornada fue que uno de los marineros, J.S.P.A. de 45 años, tuvo que ser trasladado a Montecelo debido a un malestar que en principio se atribuye a las horas de encierro y a la tensión acumulada. El hombre se empezó a sentir mal a mediodía, cuando acudió a su domicilio a comer. En un primer momento fue al centro de salud buenense y a continuación fue derivado a Montecelo, en Pontevedra.