Herminia Lorenzo, Concepción Gándara y Clara Álvarez, de 63, 54 y 53 años de edad, respectivamente, son amigas de Vigo y ya estuvieron trabajando en el programa de Vigo Emprega durante seis meses en el módulo de jardinería. Ayer acudieron, por vez primera, a las pruebas que convocó el Concello de Moaña, en el auditorio de Cangas, a las que se presentaban más de 1.500 personas, para renovar las listas de contratación para sustituciones de limpieza, conserje y peón de servicios múltiples y que arrancaron con polémica por el hecho de que los exámenes eran en gallego y sólo excepcionalmente había unos pocos en castellano. Habría unos 20 en esta última modalidad de castellano en cada prueba que el tribunal explicó que, en principio, eran para las personas que previamente lo habían solicitado en el Concello. "Pero eso no se contemplaba en la convocatoria", se quejaba una de las aspirantes: "Quienes lo pidieron en el Concello debían saberlo de otras convocatorias, pero nosotras no".

El problema surgió en el primer examen de limpieza. Había 658 convocados y la tardanza en el llamamiento, que tuvo que realizarse a viva voz en el vestíbulo, ya hizo caldear el ambiente. Muchas personas que fueron entrando esperaban dentro del auditorio a los demás y la situación desató más los nervios propios de un examen, por lo que cuando vieron que la prueba era en gallego y no había la opción del castellano, algunos saltaron, incluso con presentar recurso. El tribunal arregló la situación y estableció que los exámenes en castellano los pidieran los que estrictamente los necesitaban, como las personas de fuera y mayores, y se ofreció a traducir aquellas palabras en gallego que plantearan dudas a los aspirantes. Esto dio lugar a situaciones picarescas cuando algunas personas pedían la traducción de nombres de herramientas, como flexómetro, que el tribunal aseguraba que era el mismo en gallego y en castellano, y a las que no pudo contestar porque era responder a la pregunta del examen. Pero para algunos de los aspirantes esta situación les generó un problema, como el caso de las tres amigas de Vigo: "Si me preguntan las herramientas en gallego, fijo que suspendo", aseguraba una de ellas antes de entrar a la prueba teórica de peón.

En los otros exámenes, a los que se volvían a presentar muchas de las mismas personas, no se repitió tanto. el problema En la prueba de conserje, para las que estaban inscritas 488 personas, sólo pidieron seis el examen en castellano. En peón, con 417 aspirantes, sobraron exámenes en castellano.

El retraso en el inicio de las pruebas también generó algunas críticas. Eran cerca de las 13.30 y los inscritos a la prueba de peón seguían esperando en el vestíbulo por el llamamiento, cuando la prueba estaba convocada para las 12.30. Al poco rato salían las trabajadoras de Moaña que integran el tribunal llamando por orden alfabético a las personas. Lógicamente este sistema provocó retrasos en el inicio de los exámenes, de entre una y dos horas. Limpieza estaba convocado para las 09.00, conserje para las 11.00 y el de peón para las 12.30. Pasadas las 14.30 horas concluían las pruebas en el auditorio.

Respecto a la polémica del gallego, la alcaldesa de Moaña, Leticia Santos, asegura que el Concello está aplicando la normativa de normalización lingüística y todo se hace en gallego salvo que una persona pida el uso del castellano. De hecho asegura que el examen se podía pedir previamente en castellano y el tribunal llevó 20 modelos en esta opción para las personas que así lo solicitaron. De todas formas, la regidora asegura que cualquier aspirante que precisó ayer el examen en castellano se facilitó, incluso los miembros del tribunal se ofrecieron a traducir al castellano las palabras en gallego que generaran algún problema: "Lo que no podía ser es que había gente que no entendía palabras que en castellano y en gallego son la misma y el tribunal no podía hacerle el examen". Añade que las protestas por el gallego sólo ocurrieron en el primer examen de limpieza y asegura que desde el Concello se facilitó la traducción a las personas que lo requerían como también se facilitó un intérprete de lengua de signos para una persona con problemas de sordera.