El muelle de bateeiros de la parroquia de Domaio se encuentra prácticamente vacío. Apenas dos barcos amarraban ayer en esta infraestructura. Por el contrario en el muelle de San Adrián, en el concello de Vilaboa, se agolpaban casi 30 barcos. Esta escena se repite cada día desde el comienzo de los temporales de invierno. Y es la misma estampa que se pudo ver el año pasado. Al igual que entonces, los bateeiros moañeses claman por una solución que nunca da llegado y no dudan en asegurar que el muelle de Domaio "solo sirve para el verano". La falta de abrigo hace necesaria una ampliación de al menos "15 ó 20 metros" que haga que las olas rompan en la playa y no contra la rampa de varada de Domaio. Lo que acaba dañando los barcos.

Pero es que la situación es todavía más llamativa al tener en cuenta que desde el año pasado ni siquiera se han repuesto las anillas que permiten amarrar los balandros. "É unha vergoña, porque reclamamos ese problema fai un ano e non temos onde amarrar os barcos", indican desde la agrupación de mejilloneros Amesa. Aunque no solo afecta a este colectivo, sino a todas las cooperativas que operan desde el puerto de Domaio.

Pagan las tasas a Portos de Galicia como los trabajadores de cualquier otro muelle de la comunidad. "Sobre uns 600 euros ao mes cada un, polos servizos de atraque, carga e descarga", señalan. Aunque la mayoría de ellos incluso descargan en San Adrián, un muelle saturado de barcos. Solo a Amesa las tasas le suponen al año un importe de 6.631 euros. Esta deficiencia en el servicio afecta también a los barcos de las cooperativas Socomgal, Rianosa o Cons de Udra.

En Domaio suelen amarrar 16 balandros que realizan su actividad en los polígonos más cercanos al litoral de Domaio (Redondela A, Vigo A, Cangas E, Cangas H, Cangas F y Cangas G). Hasta 14 de ellos estaban ayer amarrados en San Adrián. Ya no es la primera vez que un temporal obliga a los armadores a levantarse de madrugada para llevarse los barcos de Domaio a San Adrián, pues se estaban golpeando entre ellos o contra la piedra del muelle. En San Adrián no hay espacio para todos, lo que obliga a largas esperas para empezar a faenar al haber varias hileras de barcos abarloados.

Toxina

Desde el viernes y por primera vez en muchos meses, todos los polígonos de bateas de la comarca se encuentran abiertos y los productores pueden extraer el bivalvo y venderlo sin temor a la toxina.

Este mismo viernes el Intecmar abrió el polígono Bueu A2, situado en la ría de Pontevedra, el último que quedaba cerrado. Los tres polígonos de Bueu, los dos ubicados en la ría de Aldán y los seis de la ría de Vigo situados frente a las costas de Cangas y Moaña ya están plenamente operativos.