El secretario de la Asociación de Empresarios y Comerciantes Ambulantes de Galicia, Miguel Valverde, ligado a la figura de Sinaí Giménez, del clan de los Morones, criticó duramente ayer a Francisco Alvite, presidente de la Asociación Galega de Ambulantes e Autónomos, y de pasó también lanzó acusaciones contra el alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos. Todo ello la víspera en la que el subdelegado del Gobierno en Pontevedra se reunirá hoy, a las 10.00 horas, con 19 alcaldes de municipios de la provincia donde se celebran mercadillos, con el fin de coordinar medidas para evitar que los violentos puedan adueñarse de las ferias. Respecto a esta reunión, Valverde matizó que los gitanos Morones y zamoranos coinciden en los mercadillos de Baiona, Vigo, Redondela, Tui y Cangas, pero en ninguno más.

"Algún alcalde está contaminado con y por el mayor racista actual de España, Francisco Alvite, considerado por todo el colectivo de vendedores gitanos como el nuevo Franco". Asegura que prueba de ello es la denuncia que los vendedores gitanos gallegos presentaron contra el alcalde de Cangas en el juzgado de esta localidad "por su comentarios xenófobos y no imparciales como debería ser un alcalde democrático". Valverde señala que otra prueba de este comportamiento es que el regidor retiró el puesto a una mujer gitana gallega, a pesar de haber sido víctima de agresiones y como consecuencia de las mismas padecer lesiones. Insiste en la tesis de Sinaí Giménez, en la que se está confundiendo a las víctimas con los agresores. "Francisco Alvite es un racista histórico y curiosamente Pazos, para tomar decisión, sólo el ha escuchado a él, algo que sorprendió a todos los vendedores ambulantes, ya que Francisco Alvite no representa a ninguno de los colectivos enfrentados". Sostiene Valverde que Francisco Alvite lleva 30 años pelado para hacer mercadillos sin gitanos.

Plazo de renovación

Por otra parte, el alcalde firmó ayer la comunicación a los vendedores ambulantes de que deben renovar la licencia de venta para 2016 entre el 1 y el 30 de diciembre, pues, de lo contrario, "entenderase que renuncia voluntariamente á renovación da autorización e polo tanto deberá deixar o posto libre por carecer de autorización para o exercicio da venda ambulante". Todo ello sin perjuicio de la liquidación de las tasas por el período de ocupación efectivo del puesto y de la aplicación del régimen sancionador, advierte Xosé Manuel Pazos en su escrito.