La Cofradía de Bueu intentará que la flota de la vieira tenga este año una nueva oportunidad. Los resultados de la anterior campaña, sin llegar a ser los esperados, sí que fueron lo suficientemente esperanzadores como para seguir apostando por un recurso largamente añorado durante dos décadas por culpa de la toxina. El pósito está analizando de nuevo el molusco para comprobar si es posible que los barcos regresen al mar de cara a la campaña navideña. "Esperamos que así sexa e darlle unha alternativa nova a unha parte da flota para que descansen outros recursos", expresa el patrón mayor buenense, José Manuel Rosas.
Esa posibilidad dependerá fundamentalmente del resultado de los análisis que realice el Instituto de Control do Medio Mariño (Intecmar), que debe comprobar si el marisco está libre de toxicidad. Si es así la intención clara de la cofradía y de la flota es volver al mar. "Este ano ten que ser mellor ca o pasado. O mar necesita que o traballen e despois dos rastrillados da campaña pasada os bancos teñen que estar mellor", explica el armador del "Zapateiro", Darío Campos, uno de los históricos que ya iban a la vieira antes del prolongado cierre de 20 años. La vuelta a la actividad también debería servir para disuadir a los furtivos, que a pesar de las prohibiciones y de la presencia de toxina no dejaron de ir al mar durante todo este tiempo.
El año pasado la campaña conto con la participación de solo seis barcos, tres de ellos de Bueu y el resto de otros puertos de la ría. Eran los únicos que después de tanto tiempo aún conservaban el aparejo necesario -el rastro de la vieira- y la capacidad para adaptarlo a la embarcación con rapidez. Si este año es posible retomar la extracción sería de nuevo el comprador volvería a ser Porto Cambados, una empresa comercializadora que nació en el seno de la Cofradía San Antonio de Cambados. La anterior campaña en la ría de Pontevedra se desarrolló entre finales de diciembre de 2014 y mediados de enero de 2015. Los barcos recogieron cerca de 50 toneladas de marisco, que se pagó a un precio acordado previamente de 4 euros el kilo. La vieira se descargaba en la lonja de Bueu, donde se depositaba en cajas y a continuación el producto era transportado en un camión precintado y custodiado. Al llegar a la planta de eviscerado de Cambados el marisco se revisa y pesa de nuevo antes de proceder al proceso de depuración, que dura 24 horas y al posterior eviscerado [extracción del hepatopáncreas]. En función del volumen de pedidos el marisco se puede comercializar directamente en fresco o proceder a su "ultracongelación". La empresa trabaja exclusivamente con vieira gallega y el producto que se pone en el mercado se comercializa con el certificado de PescadeRías, de la Consellería do Mar.
La extracción de vieira en la ría de Pontevedra estuvo vedada desde finales de 1995. Después de tanto tiempo el retorno a la actividad estuvo rodeado de mucha incertidumbre puesto que después de tanto tiempo era imposible saber cómo estaban los bancos marisqueros y los fondos marinos llevaban demasiados años sin ser "rastrillados" con el rastro. La tónica general fue que ninguno de los barcos fue capaz de alcanzar el cupo máximo que tenían asignado, que era de 125 kilos por cada tripulante enrolado a bordo
