El asalto y agresión al cura de Domaio para robarle no fue, ni mucho menos, el único suceso de este tipo ocurrido en esta parroquia moañesa en las últimas semanas, aunque sí fue el de consecuencias más graves. No muy lejos de la iglesia, también en la carretera general PO-551, el bar Prado da Ribeira sufrió cuatro intentos de robo en menos de un mes. Uno de ellos culminó con éxito y los ladrones se llevaron toda la recaudación de la máquina tragaperras. Los responsables de este establecimiento apuntan a que estos hechos están llevando a algunos vecinos a comprar alarmas para sus viviendas y negocios. En su caso, ya cuentan con una.
El primer intento de robo se produjo el 11 de julio. "Tentaron entrar pola parte traseira. Trataron de forzar a reixa da porta, pero non o conseguiron", indica la responsable. Solo ocho días después se repetía el intento de asalto, pero está vez con más éxito y a través de la propia carretera general. "Forzaron cunhas patas de cabra unha ventá e entraron. O roubo da tragaperras foi cuestión de un minuto", desvela. Desde entonces han reforzado la seguridad de esta ventana.
Unos testigos observaron a "tres encapuchados entrando e escapando cos cartos". Entienden que son profesionales de los hurtos a pequeña escala, pues no causaron más destrozos.
Desde entonces este local ha sufrido otros dos intentos de asalto más. En ambos casos por la puerta de atrás pero sin poder forzar las rejas. El último robo frustrado ocurrió la madrugada de ayer. La Guardia Civil trató de detectar las huellas de los ladrones, pero al parecer utilizaron guantes.
De momento se desconoce si existe alguna relación entre los causantes de estos robos y los culpables de las agresiones al cura.
Lo cierto es que la pasada primavera varios locales de Moaña sufrieron asaltos parecidos, con el robo del dinero de la máquina tragaperras. Un bar de Samertolaméu y un par de establecimientos en la zona residencial de O Rosal habían sido entonces las víctimas.
