El profesor e investigador Arturo Sánchez Cidrás ha sido el primero en estrenar la lista de distinguidos con el Premio Ermelo, que desde este año concederá el Concello de Bueu. Cidrás, aunque natural de Seixo (Marín), ha sido profesor de varias generaciones de buenenses y es uno de los mayores conocedores de su historia. "Asumo a responsabilidade de ser o primeiro que encabece esta distinción. O fago coa miña actitude ante a historia deste pobo e co meu traballo facendo que todo isto acenda o faro que alumeará ás novas xeracións na busca do noso pasado como vieiro para entender o presente e enfrontarse ao futuro", afirmó en el arranque de su discurso de aceptación. Antes intervino el concejal buenense de Patrimonio, Martín Villanueva, que defendió los méritos y argumentos para conceder este reconocimiento al homenajeado.

El acto de entrega solo podía ser en una jornada como la de ayer: el día de Santiago, patrón de la aldea de Ermelo, y en una iglesia que alberga la única cita en piedra conocida del arzobispo Xelmírez, el mismo que impulsó la construcción de la catedral y el camino de Santiago. Es incluso probable que Xelmírez estuviese en el año 1104 para "inaugurar" la reedificación del templo, a partir del cual se construyó un monasterio. En su discurso Sánchez Cidrás propuso a los asistentes un viaje imaginario por las estancias de aquel cenobio. A través de sus palabras guió a los presentes por la pequeña aldea de Ermelo, por su iglesia y por el edificio monacal para explicar como vivían los frailes y el abad. En ese viaje incluso se permitió la licencia de preguntar por el destino de fray Martín Pelagio, al que quería procesar la Inquisición porque reconoció que, mientras vivía en Ermelo, se reunía con "xentes e mulleres de mal vivir a unhas reunións que todos os sábados celebrábanse nunha praia da comarca".

Una vez acabado ese paseo por las estancias de Ermelo, Arturo Sánchez Cidrás regresó al presente para referirse a las citas epigráficas que se conservan en Ermelo, un patrimonio de un enorme valor hsitórico. " Coma veciño quero axudar a poñer en valor a todos os lugares do concello pero en especial a este de Ermelo para que se preserve o mellor posíbel, e dentro deste espazo, ás inscricións epigráficas. Non sei como pero algo haberá que facer", defendió.

Como despedida mostró su esperanza de que el Premio Ermelo que ayer recibió sea "un elemento máis para dar a coñecer e preservar a memoria do noso patrimonio material e inmaterial" y afirmó que su concesión "afiánzame como transmisor de feitos e vidas que nunca foron narradas coas que quero axudar a encher os ocos nos corazóns e sonos dun pobo".