En junio de 2013, el concejal de Urbanismo, Rafael Soliño, ya adelantaba que ni la mitad de las 653 construcciones ilegales en la costa se iban a poder legalizar, y así es.

En Cangas aparecía un problema especial. Las prohibiciones en la zona de servidumbre planteaban y siguen planteando al Concello de Cangas un serio problema. El hecho de que queden prohibidas las edificaciones destinadas a residencia o habitación hace que en las fábricas de salazón que ahora mismo se están recuperando para turismo, no puede haber hotel, como mucho una zona de spa, como pasa en Ameixide o en la Punta de Rodeira.

En el reglamento que desarrolla la nueva Ley de Costas se abre una posibilidad a que esta situación cambien y se permitan los usos hoteleros, pero los técnicos señalan que no lo deja demasiado claro. El propio Rafael Soliño tiene serias dudas sobre la redacción del artículo que podría permitir los citados usos, además considera que esto debía quedar reflejado en la ley, no en el reglamento. Otros técnicos consideran que el reglamento deja vía libre a estos espacios. Nada está claro y el Concello de Cangas pedirá un informe sobre esta cuestión tan polémica.