El centro urbano de Cangas volverá a convertirse en epicentro del balonmano el próximo día 17 para celebrar una nueva edición del "Balonmán na rúa", una actividad que sirve de clausura de las Escolas Deportivas de este deporte organizadas por la Federación Galega de Balonmán y la Diputación de Pontevedra y a la que se espera la asistencia de unos 1.500 niños y niñas acompañados por decenas de monitores de las diferentes escuelas de la provincia, que se repartirán entre los 16 campos de juego habilitados.

La organización del evento es compleja, y el alcalde presidió ayer una reunión de coordinación con todos los efectivos implicados para intentar que todo esté a punto y no falle ningún servicio. La plaza de abastos se habilitará como zona de almacenaje de material y avituallamiento, la Casa da Bola como centro de control del evento y megafonía, y la estación de autobuses será el punto de llegada y partida de los participantes, habilitando el entorno del consistorio y del colegio de San Roque como zona de estacionamiento de vehículos.

Entre las diez de la mañana y las tres y media de la tarde se disputarán centenares de partidos en las categorías de prebenjamines, benjamines, alevines e infantil masculino y femenino, en las pistas de juego (la mayoría de 20x13 metros) repartidas entre el consistorio y la Alameda Vella. La entrega de medallas comenzará en torno a las cuatro y cuarto, abriendo luego la cancha para otras actividades infantiles complementarias.

Entre las tareas pendientes de realizar estos días figuran el acondicionamiento de los campos de juego, con la necesidad de asfaltar una zona frente a la plaza de abastos y el aparcamiento detrás de los quioscos, señalización y vallado, instalación de megafonía y de sanitarios, retirada de contenedores de basura, restricción de aparcamientos y activación del servicio de grúa para retirar los vehículos que puedan interrumpir la actividades, organización de los autocares y del servicio de ambulancia, actividades paralelas (hinchables), comida para los padres a precios especiales y reparto de tareas entre el voluntariado para hacer del centro urbano un "fervedoiro" a escala de O Gatañal.