El sector bateeiro de la comarca está prácticamente parado desde comienzos de agosto, cuando el Instituto Tecnolóxico do Mar (Intecmar) cerró los ocho polígonos que había abierto poco tiempo antes por culpa de la toxina. En estos momentos, los productores apuntan a que los análises demuestran que el índice de toxicidad está estancado, por lo que se desconoce cuándo podrán volver a poner mejillón en el mercado. La situación se agrava por las fechas, y es que en menos de 15 días comienza el periodo fuerte de exportación, sobre todo a Italia, y todo apunta a que los bateeiros no podrán cumplir con esa demanda. "A partir de mediados de setembro comeza o trimestre forte, con exportacións e ventas importantes a fábricas", apunta Rosendo Queimaño, gerente de Socomgal.

Los productores de mejillón están también alerta ante la pérdida de producto. De momento no hay vientos fuertes sin embargo muchos ejemplares ya se desprendieron de las cuerdas pues "as bateas están cargadas e o producto está listo para coller desde xullo. Ademais, se desprende sempre o de calidade superior, que é o da parte superior das cordas, que ten mellores condicións de temperatura de fitoplancto", lamenta Queimaño.

Para no estar parado y minimizar unas pérdidas que serían grandes si comienza el mal tiempo antes de que remita la toxina, el personal de los balandros dedica buena parte del tiempo a embolsar el bivalvo. "Facemos sacos de 11 kilos cada un e os volvemos a colgar da batea. En cada corda colgamos uns 10 sacos despois de seleccionar e clasificar o mexillón", apunta el responsable de Socomgal. Asimismo, realizan también tareas de reparación o de sustitución de vigas en las plataformas.

Esta tarea también la confirma, Javier Carro de la Asociación de Productores de Mejillón Moaña. Sin embargo apunta a que cada plataforma solo puede asumir entre 1.000 y 2.000 sacos "porque non podemos afogar o mexillón que está criando e o límite legal son 500 cordas por batea", apunta. Avisa también de que en cuanto aumente el oleaje se perderá mucha producción "porque o mexillón xa está vencido. Tiña que estar vendido hai mes e medio".

Javier Carro añade que, además de los problemas que tendrá el sector para abastecer a los consumidores extranjeros, el cierre de polígonos supone también que no se pueda suministrar a la industria conservera local "e o que acabará pasando é que exporten eles todo o mexillón de fóra e corramos o risco de perder o mercado propio". En este sentido, explica que hace apenas cinco años el 70% del producto procedente de las bateas de la zona se dirigía a esta industria gallega "mentres que agora o 50% se exporta".

Año pasado

Los bateeiros de la comarca reconocen cierto temor a que el cierre se prolongue en el tiempo, y es que todavía tienen en el recuerdo el complicado año 2013, en donde la prohibición de vender el molusco se mantuvo a lo largo de casi todo el ejercicio.

Los polígonos Bueu B y Bueu A2, en la ría de Pontevedra, están cerrados desde el 31 de marzo. Solo el sector Bueu A1 permitió a los bateeiros buenenses faenar durante un tiempo. A comienzos de verano ya temían que el episodio de "marea roja" se prolongase hasta final de año, dada la "intensidad inusitada" del índice de toxicidad que reflejaban los análisis de junio.

En lo que respecta a Aldán, los dos polígonos están cerrados desde el 5 de agosto. Entre ese día y el 13 del pasado mes el Intecmar fue decretando uno a uno el cierre de todos los polígonos en los que faena un sector clave en la comarca.

Sistema

Tampoco faltan los bateeiros que critican veladamente el sistema de control del Intecmar. Y es que aseguran que tardan mucho en volver a analizar sectores en los que el índice de toxina no era muy elevado, y que podrían reabrir antes si se controlasen más a menudo.

Ayer, sin ir más lejos, los muestreos de mañana se realizaron en los polígonos de Redondela B, C, D, y E. Los cuatro primeros son los únicos viveros abiertos en toda la ría de Vigo. También se controló las zonas de Cambados y A Pobra.