Comienza el mes de julio y arranca una nueva campaña del pulpo. Una temporada que arranca con las mismas dudas que en los últimos años acerca del estado real de una de las especies más demandadas y apreciadas. En la comarca de O Morrazo son aproximadamente unos 70 barcos los que salen hoy al mar para faenar, la mayoría con base en el puerto de Bueu, después de una veda que se prolongo casi un mes y medio. La vuelta al trabajo se hace con un nuevo plan de explotación consensuado entre la Consellería do Medio Rural e Mar y las cofradías y que permite aumentar el número de nasas a bordo. Esos aparejos portarán tarjetas identificativas para facilitar su control, pero aún no incorporarán una de las novedades más importantes aprobadas en ese plan. Se trata de las tarjetas con un chip electrónico que se debían colocar en los cabeceros de las caceas [conjunto de nasas] y que deben redundar en una mayor vigilancia.

La consellería se comprometió durante las negociaciones del nuevo plan a entregar esos elementos de manera gratuita entre los armadores, pero esa entrega se ha demorado y los barcos regresan hoy al mar sin esos chips. La actividad en los puertos se intensificó durante los últimos días para preparar y poner a punto unas nasas que durante todo este tiempo debían estar en tierra. Ayer empezaron a ser cargadas en las embarcaciones para comenzar desde primera hora de hoy la campaña. El plan de explotación recoge topes en las capturas del cefalópodo, que serán de 30 kilos por cada barco y otros 30 por cada tripulante enrolado y a bordo. Ese límite se elevará hasta los 50 kilos a partir del día 1 de octubre.

Los armadores y marineros son cautos en sus especulaciones sobre el estado del recurso, aunque la mayoría no oculta cierto pesimismo. El aún patrón mayor de Cangas, Evaristo Fernández, aseguraba que "a xente sae con moita ilusión ao mar despois de un par de anos moi malos, veremos se dentro de dúas semanas se mantén esa ilusión". Lo que sí es cierto es que el verano no es precisamente la mejor época para esta especie, a pesar de que la presencia de turistas y visitantes de fuera tira de su consumo. "O polbo nestes meses está flaco, pesa pouco, e non empeza a engordar hasta o outono", explican en el puerto de Bueu algunos marineros.

El nuevo número máximo de nasas se establece en función de las dimensiones y capacidad de los barcos. Así, os barcos de los tramos I y II, con hasta un arqueo máximo de 2,49 TRB (toneladas de registro bruto), podrán trabajar con 150 nasas por tripulante enrolado a bordo y hasta un máximo de 300. Un cambio significativo con respecto al anterior plan, que permitía 50 nasas por embarcación y otras 50 por cada tripulante, hasta un máximo de 150. En lo que respecta a los tramos III a V, con un arqueo máximo de 9,99 TRB, se autorizan 200 aparejos por cada marinero a bordo hasta un límite de 600. Finalmente, los barcos de 10 TRB o más podrán llevar también 200 nasas por cada tripulante, aunque su tope máximo se eleva hasta 800.