La ampliación del Museo Massó de Bueu es uno de los proyectos estrella que la crisis económica se ha encargado de mandar al fondo de un cajón a la espera de tiempos mejores. La Consellería de Cultura ha repetido varias veces a lo largo de los últimos años que en estos momentos las prioridades eran otras y que esa actuación debía aguardar. Eso no ha sido óbice para que el propio Museo Massó y el Concello de Bueu mantuviesen conversaciones para valorar la situación y explorar alternativas menos costosas. Fruto de esos contactos ayer el gobierno local mostró su determinación de dar un paso al frente: está dispuesto a ceder a la Consellería de Cultura una parcela municipal de más de 200 metros cuadrados reservada inicialmente para la ampliación de la casa consistorial y que se destine para ampliar el museo.

La oferta municipal es firme y significa renunciar de momento a un nuevo edificio consistorial en aras de facilitar el crecimiento de un espacio que es uno de los principales atractivos de Bueu desde el punto de vista cultural y turístico. Pero la disposición del Concello también incluye una condición: ese proyecto de ampliación tiene que acometerse en un plazo de tiempo razonable y con un compromiso claro por parte de la Consellería de Cultura.

La parcela municipal linda con el edificio consistorial y forma parte de las cesiones obligatorias que recibió el Concello de Bueu por el desarrollo urbanístico del cuarteirón. En la actualidad está vallada y en su interior se apilan las piezas de la antigua fachada de la fábrica Massó. Esta nueva alternativa tendría algunas ventajas con respecto al proyecto diseñado por el arquitecto Manuel Gallego Jorreto y presentado en 2009. La primera es la de carácter económico porque el presupuesto que se estima es inferior a los 6 millones de euros previstos en aquel entonces. La idea de ampliación que maneja desde hace tiempo el Museo Massó pasa por aprovechar el espacio de las naves existentes mediante su rehabilitación, lo que sería más asumible desde el punto de vista presupuestario.

Si esta alternativa se llega a materializar el bloque de nueva construcción del museo se albergaría en esa parcela lindante con el consitorio, que permitiría un edificio con un bajo y hasta dos plantas de altura. Esto significaría más espacio para nuevos servicios del Museo Massó y colmar una de sus viejas aspiraciones: permitiría habilitar una entrada/salida directa a la plaza pública Massó.