Los técnicos de Augas de Galicia desplazados a Cangas para supervisar la incidencia de las obras del Corredor do Morrazo en el río Saíñas, que baja turbio por la aportación de tierra y barro, han determinado que "a alerta está pechada", aunque "estarán pendentes das actuacións" para responder en consecuencia. Así lo aseguran los responsables de la Axencia Galega de Infraestructuras (AGI), que hacen hincapié en la complejidad de los trabajos que se están ejecutando y en el cumplimiento de los requisitos necesarios para paliar sus consecuencias. "Estanse a reforzar as medidas correctoras e preventivas, con técnicos especialistas medioambientais", afirman desde el departamento autonómico, "para que nos indiquen as medidas a maiores que hai que tomar non só nas proximidades da obra senón no cauce do regato propiamente dito, antes da desembocadura na praia de Rodeira", refieren.

Desde la AGI inciden en que la "unidad de obra" más importante en las obras de emergencia que se ejecutan en el corredor para evitar más desplomes "é o movemento de terras", que ocasiona la filtración de residuos a los acuíferos y la turbidez del río al que surten. Por ello, "dende o inicio das obras estanse a adoptar as medidas necesarias para o correcto desenvolvemento dos traballos desde o punto de vista da protección medioambiental", aseguran desde la Xunta, y concretan algunas de esas medidas correctoras: "As adoptadas nas cunetas próximas aos taxos da obra de emerxencia no punto kilométrico 11,700 e 12,700 consistiron en balas de palla e gravilla, co obxecto de reter os sólidos que proceden das excavacións (movementos de terras)", relatan textualmente.

Dichas medidas ya fueron comunicadas también a representantes del Concello, que no aprecia que estén siendo efectivas, en vista de la turbidez del río.